LITTLE BOY ARNOLD & HIS WESTERN OAKIES – “10 years ridin’ this old train” (Sleazy Records, 2004)

Little Boy Arnold & His Western Oakies son uno de los pocos grupos supervivientes de la explosión Rockabilly de los ’90 en nuestro país, aunque realmente el superviviente es el propio Little Boy, ya que el resto de la formación actual es nueva. Su andadura comienza en Marbella en febrero de 1994, apareciendo como trío acústico (sin batería) al estilo Elvis, Scotty & Bill o The Johnny Burnette R’n’R Trio. Desde entonces, múltiples cambios de formación, bolos por todas partes, un par de EP’s y canciones en recopilatorios. El grupo queda orientado desde un principio en el rollo “Cat”, corriente dentro del Rockabilly empeñada en rescatar las raíces del sonido primitivo del género, allá por los ’50, justo cuando el Rockabilly estaba empezando a configurarse como tal y cuando aun la frontera entre éste y el Honky Tonk, el sonido Hillbilly o el Boogie Woogie era más bien difusa. El dato es importante porque no a todos los Rockeros de hoy les mola este estilo clasicista. Pero ahí está Little Boy, más conocido en su casa como Héctor Guerrero, consiguiendo cosas por las que muchas otras bandas matarían (popularidad en el circuito Rockabilly fuera de España, bolos en EE.UU....).

El CD que nos ocupa hoy es una recopilación que pretende servir de muestrario de lo que el grupo ha hecho hasta ahora, con 33 temas (la mayoría versiones) de 5 grabaciones distintas, con tres diferentes formaciones de esta banda marbellí-alicantina. Un repaso muy interesante a la historia del grupo, que los completistas agradecerán.

Lo primero que oímos al pulsar “play” son siete de los temas grabados en Marbella en el ’95 para su primera maqueta (de 8 temas), todos versiones de clásicos del Rockabilly como “I can’t loose” (S. Fisher), “Gone, gone, gone” (Carl Perkins) o “Pretty bad Blues” (Ronnie Self). La misma formación (Héctor Guerrero –voz y guitarra rítmica-, Sebastián Palma –contrabajo- y Emiliano Vera –guitarra eléctrica-) es responsable de los siguientes siete temas, sacados de su primer EP (“You won´t fool me anymore”, 1996. Sweet 50’s), ya con material propio entre las versiones, que suena más cañero que lo anterior. Terminando con las grabaciones de estudio, encontramos cuatro canciones más, grabadas ya en Alicante (septiembre, 2001), donde se mudó Little Boy tras casarse en Las Vegas, con nueva formación (Héctor Guerrero –voz y guitarra rítmica-, Roberto Guerrero –guitarra eléctrica- y Humberto Corrales –contrabajo-) y batería en una de las canciones (Mario García, en “I gotta go”), para su segundo EP (“I gotta go”, 2002. Sleazy Records) de tres temas: las originales “I gotta go” y “Feelin’ kinda lonesome” y la versión de Lonnie Smithson “It takes time”.

Todo lo que viene después (15 temas) es una muestra de cómo suenan en directo, también perteneciente a distintas épocas, para ver la evolución de la banda: 8 grabados en el Arena Club de Marbella en marzo del ’95 con la misma formación de su primer EP, de sonido algo chungo, y a continuación, para mí, lo mejor del CD: 7 temas grabados en directo en la CMR (Country Music Radio), una emisora londinense, el 13 de octubre del ’98, esta vez también con batería (Javier Sarmentero). En esta ocasión el guitarrista es Diego Araoz, Sebastián Palma repite al contrabajo y, cómo no, Héctor Guerrero –Little Boy Arnold- a la voz y la guitarra rítmica. Al ser un directo en la radio, los instrumentos se oyen algo bajos, sonando en comparación la voz bastante alto, pero resulta de puta madre y tiene el encanto de los viejos directos radiofónicos.

En líneas generales, el disco es un documento muy interesante para conocer a esta banda. Quizá sean demasiadas canciones para oírlas todas en una sola sesión, dado lo lineal de su estilo (no busques cosas raras: esto es Rockabilly clasicote sin ninguna otra influencia que lo distorsione). Creo que el disco sirve más bien como archivo de la evolución de este grupo marbellí-alicantino, que realmente lo consigue: suena 100% clásico. Da el pego: si te olvidas de quiénes son, crees estar ante una banda de algún lugar perdido de Mississippi (por ejemplo) en 1955, justo antes de que la cosa explotase. Sólo falta que Héctor pula un poquito más el acento y… Yiiiii-haaaa!!!





Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto"

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