¿Qué pasa con el Rock and Roll?

“¿Qué pasa con el Rock & Roll?”, te preguntarás al leer el título de este artículo. Pues nada, que hace poco se me ocurrió que podía ser una buena idea hacer una serie de artículos monográficos sobre los ídolos más destacados del Rock & Roll de los años cincuenta. Era una excusa estupenda para escribir sobre una música que amo; y si, de paso, gracias a estos artículos, algún lector descubre algún intérprete que no conocía o propicio su primer encuentro con un estilo musical espontáneo, excitante y macarra como pocos, que supone el principio de la música creada especialmente para jóvenes y el alga azul a partir del cual evolucionan todos los demás géneros, pues mira, sería cojonudo, tú.

Pero empezar hablando de cantantes me parecía iniciar la casa por el tejado. Pensé que sería más provechoso hablar antes un poco de qué es el Rock & Roll; cómo, cuándo y dónde surge y qué supone en la música y en la sociedad. De ahí la razón de escribir este artículo, que no pretende ser exhaustivo porque podría dar para un libro tan gordo como el de Petete. Sólo pretendo contar un poco de qué va la historia, para que os hagáis una idea. 

Vamos con los conceptos básicos: el Rock & Roll surge, simplificando bastante, de la mezcla de Country, Blues y Gospel, pero también con algunas (bastantes) influencias del Swing (los bailes, algunos aspectos instrumentales –p. ej. el uso de los vientos en ciertos temas y autores-…) y de los crooners (estética, personalismo del cantante, fenómeno de las fans…), todo ello en un contexto histórico (los EE.UU. como potencia mundial, la edad de oro del “American way of life”…) y social (racismo y segregación racial, el gueto, la aparición del “teenager” como segmento social y, por consiguiente, como consumidor…) determinados.

Vayamos despacito: podemos ver que en la mezcla hay dos tradiciones muy marcadas y bastante opuestas: la blanca (Country) y la negra (Blues y Gospel). Creo que está claro que no estoy descubriendo aquí el pan con tomate, pero conviene pillar la historia desde el principio. Evidentemente no se trata de que un día haya llegado un tío y haya dicho: “como me aburro de la hostia, voy a mezclar Country, Blues y Gospel, a ver qué pasa, Blasa”. Ni hay que atribuir la paternidad de la criatura a una sola persona, ni fue algo voluntario. Julia Kristeva, en su Teoría de la Intertextualidad, apuntaba que cuando creamos algo, no lo creamos de la nada, sino que siempre “copiamos”, aun sin darnos cuenta, de cosas que ya están inventadas y que forman parte de nuestro acervo cultural, cosas que conocemos y que constituyen nuestras influencias a la hora de crear. Así, los pioneros del Rock & Roll crean un estilo nuevo mezclando otros estilos que conocen y les gustan, unas veces conscientemente y otras sin querer. 

La pregunta que surge es: ¿cómo se da esta mezcla entre lo blanco y lo negro en una sociedad tan racista, clasista y segregada como la América de los cincuenta? Bueno, al ser una sociedad multirracial, aunque segregada, no se podía evitar que hubiese en ocasiones algún contacto, y la música no va a ser una excepción. Si a eso sumamos que la música negra es percibida por muchos blanquitos-ávidos-de-emociones-fuertes como salvaje, ardiente y sexy, esto explica la atracción que provoca en ciertos ambientes. Hay varios precedentes de contactos musicales entre las dos culturas: el ejemplo más claro lo podemos ver en el Swing y el Jazz de los años '30 - '40. Pero esto no va a ser nada comparado con lo que va a suponer para la sociedad yanqui la aparición del Rock & Roll: una patada en los huevos bestial y generalizada que va a llegar a todos los rincones y va a cambiar radicalmente el panorama. El Rock & Roll es revolucionario por los cuatro costados. No sólo se va a tratar de combatir la segregación, sino que además va a convertir la insatisfacción juvenil en revuelta, pero cada cosa a su tiempo. ¿Que exagero? Pues explícame tú por qué el New York Times titula en 1956 “El Rock & Roll es una enfermedad contagiosa”, o por qué el racista Consejo de Ciudadanos Blancos de Alabama declara ese mismo año que “El Rock es un medio para rebajar al hombre blanco al nivel del negro”. Qué pasote, ¿no? 

Pero contemos las cosas desde el principio: como en casi todo lo concerniente a la América moderna, tenemos que remontarnos al Crack del 29. He utilizado la palabra “América” para referirme a los USA (y que no se me enfade ningún amiguete de cualquier otro país del nuevo mundo) porque, aunque no es lo mismo, para el resto del mundo, sobre todo en esta época, sí lo es: el “amigo americano” que nos ayuda a levantar nuestra economía para luego vendernos sus productos e imponernos, de paso, su cultura, que termina siéndonos tan familiar como la nuestra. Esta es la razón por la que el Rock & Roll se extiende tan fácilmente por el planeta como invento genuinamente americano que es. Si lo hubieran inventado en Uzbekistán, ni nos hubiéramos enterado. 

Bien, pues a raíz del Crack del 29 las capas bajas de la sociedad se hunden en la miseria más absoluta y tienen que luchar duramente para no morirse de hambre. Pronto esta clase social es conocida como “white trash” (“basura blanca”, para distinguirla de la “basura negra”) y abocada a vivir en el gueto. Allí es donde negros y blancos (y, por lo tanto, sus respectivas músicas, elemento fundamental de la cultura de un pueblo) entran en contacto. Aunque los miembros adultos de la “white trash” se niegan a aceptar la música negra (no olvidemos que, pese a vivir en la miseria, su conciencia de “raza dominante” aún es fuerte), los jóvenes, habiendo convivido desde pequeños en la calle con los negros, no tienen tantos prejuicios. El Rock & Roll surge, pues, aquí, en el gueto, como música de integración.

Esto es mucho más patente en el Sur, donde hay una mayor segregación y la población negra es más numerosa. Vamos a ver una influencia clara de todo esto en el típico rockero de la primera generación: nacido a mediados de los '30, de extracción social baja y sureño en la mayoría de los casos. 

Pero todo lo que estoy contando no significa que el Rock & Roll sea un invento negro robado por los blancos. La aportación blanca es también fundamental: es la visión que tienen los blancos de la música negra, mezclada con los sonidos tradicionales blancos (Country), lo que crea el nuevo estilo. El Rock & Roll es blanco y negro, al 50% cada uno. 

Ya a principios de los '50 hay grupos que hacen Rock & Roll, aunque todavía no se llama así. Paralelamente, hay personas que se dan cuenta de la atracción que causa la música negra entre los blancos y el filón que esto constituye. La música negra era más explícita sexualmente que la blanca tanto en las letras como en los ritmos y esto le concedía un atractivo irresistible. Este interés de los blancos por los ritmos del gueto era comúnmente satisfecho por medio de grabaciones muy suavizadas de temas negros por artistas blancos sosísimos y babosos. Esto va a cambiar: varios disc-jockeys han captado ya la movida, entre ellos Alan Freed, locutor de Cleveland que descubre las posibilidades de los sonidos negros entre el público blanco y juvenil y se dedica a pinchar sin parar el nuevo estilo. Más tarde querrá atribuirse el invento, el muy fantasma, pero lo que no se puede negar es que su papel como difusor del Rock & Roll fue muy importante. 

Otros que se han dado cuenta del tema son algunos propietarios de sellos independientes (muy especialmente Sam Philips, dueño de Sun Records, que, como sabéis, descubrió a Elvis, a Jerry Lee Lewis, a Carl Perkins y a muchos otros), que inmediatamente se ponen manos a la obra, inaugurando un ciclo que se repetirá en todos los estilos de la música hecha para jóvenes: la iniciativa es de los sellos pequeños, que van por delante de las modas, de los que copian las multinacionales cuando ven, cuate, que aquí hay tomate; a su vez, cuando las multinacionales se hacen con el control de la movida, como suelen pervertirla creando un sucedáneo más flojo, surge una reacción y se repite el ciclo. Porque todos los movimientos del Rock (entendido aquí en sentido amplio) surgen en la calle y van de ésta a las multinacionales, de abajo arriba. Las multinacionales no se arriesgan: muerden cuando ven que funciona. 

Hacia esta época (principios-mediados de los cincuenta) la nueva música ya se llama “Rock & Roll” (“mecer y rodar”, claras connotaciones sexuales). Alan Freed dice que el nombre es suyo, pero yo no sé qué pensar.
Vamos con el otro factor social importante en el nacimiento del Rock & Roll: la aparición del teenager (adolescente) como segmento social diferenciado. Antes de los años cincuenta, ser adolescente era un coñazo; una fase previa a la edad adulta que todos querían pasar cuanto antes para disfrutar de las ventajas de ser mayor e independiente. Pero en los años cincuenta, época de bonanza económica y edad de oro del “American way of life”, la cosa cambia. La economía va mejor que nunca, lo que hace que haya trabajo de sobra y facilita el acceso de los adolescentes al mercado laboral. La misma bonanza económica permite la subida de los salarios y los adolescentes se encuentran, de repente, ganando una pasta gansa. Si al money le sumamos juventud para disfrutarlo, obtenemos que ser adolescente en esta época era la leche. En EE.UU. se puede obtener permiso de conducir desde los dieciséis tacos, y como el problema no son las pelas, pues los jóvenes tienen buga, y con él pueden disfrutar de la velocidad y de la independencia… y también del sexo. Con todos estos elementos está servido el conflicto generacional. “Yo, a tu edad, tal y tal y tal y tal…”. Pues vale, si tú lo dices. Porque, pese a ser la hostia, a los jóvenes de los cincuenta les siguen tratando como a críos y les intentan decir lo que tienen que hacer, pero a ellos nadie les pide opinión. 

Y ellos no han estado en la guerra, ni están de acuerdo con el mundo que sus padres les quieren dejar en herencia. Quieren hacerse su propio mundo a su medida. Una de las primeras manifestaciones de la insatisfacción adolescente había sido la aparición de la delincuencia juvenil a finales de los cuarenta. En los cincuenta esta insatisfacción ya se ve reflejada en la literatura y, sobre todo, en el cine (recordemos “Rebelde sin causa”, “Semilla de maldad”…). Cuando aparece el Rock & Roll, es inmediatamente adoptado como himno de batalla por la juventud. Un claro ejemplo: “Rock around the clock”, de Bill Haley & His Comets, es incluido en la banda sonora de “Semilla de maldad”. Cuando los jóvenes que han ido a ver la peli la oyen, se levantan y se ponen a bailar como locos en los cines. En varios, incluso, arrancan las butacas del suelo para tener más sitio. En algunos lugares hay hospitalizados por golpearse a sí mismos contra los asientos. En una ciudad, un grupo de jóvenes arrasa el cine y sale a la calle a seguir con el destrozo. El Rock & Roll obtiene fama de incitar la violencia y, cosa de esperar en la puritana Norteamérica, se le llega a considerar como “la música del Diablo”.

El esquema clásico del Rock & Roll está basado en guitarra, contrabajo, batería y voz. El cantante pone la voz, pero también el careto, ya que la imagen cobra una enorme importancia. No olvidemos que en esta época estamos en la etapa dorada de Hollywood, de las revistas ilustradas y de la consolidación de la TV como medio de comunicación de masas. El rockero adopta una pose arrogante, rebelde y desafiante. También los directos tienen gran importancia: fiestorros, conciertos… Ya conoces el dicho: la verdad del Rock & Roll está en el directo. 

La primera estrella del Rock, considerada ya como tal, es Bill Haley. Pero lo que pone todo patas arriba es la aparición de Elvis Presley. El Pelvis va a servir de catalizador, de rompehielos, para terminar de expandir el Rock & Roll por todas partes. Gracias a esto aparecen nuevas estrellas, nuevos ídolos: Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Eddie Cochran, Gene Vincent, Johnny Burnette y muchos más. El Rock & Roll va a enriquecerse y a englobar, como nombre genérico, a muchos otros estilos más o menos diferenciados del sonido original, pero pertenecientes a la misma escena: Rockabilly, Doo-wop, New Orleans, Teen Idols, Girls Groups, en continua evolución hasta nuestros días. También va a influir en muchos otros estilos. El río de la música juvenil que se inició así, continua hoy, imparable, su camino. Porque esta historia no se ha acabado, ni mucho menos. Keep on Rockin', baby. 

Roberto Blanco Tomás
Publicado en la revista electrónica "cuantoyporquetanto" en 2001.

Roy Orbison

La mayoría de la gente asocia a Roy Orbison con baladas tristonas y románticas. Poca gente conoce su faceta Rockabilly cañera. Y creedme: cuando Roy tocaba Rockabilly, colegas, sonaba de lo más macarra y no podías evitar como mínimo seguir el ritmo con el pie. Roy Orbison era más bien feo y no movía un músculo en escena, pero era un buen guitarrista y tenía una de las grandes voces del Rock & Roll, tenor capaz de dinámicos crescendos. Como todos los pioneros blancos del Rock, Roy empezó haciendo Country, pero, como siempre, empecemos esta historia por el principio.

Roy Kelton Orbison nace el 23 de abril de 1936 en Vernon (Tejas), aunque su familia se traslada pronto a la cercana ciudad de Wink. Como viene siendo habitual entre los pioneros del Rock que hemos visto, Roy se siente atraído por la música desde muy temprana edad. Será su padre quien le enseñe a tocar la guitarra. Ya adolescente, montará una banda bajo el nombre de The Wink Westerners, con la que toca Country por la zona. La banda evoluciona poco a poco hacia el Rockabilly, mientras que cambia su nombre por el de Teen Kings. Gracias a ser colega de Buddy Holly, el manager de éste, Norman Petty, escucha su música y le facilita una grabación en sus estudios de Clovis (Nuevo Méjico), registrando dos canciones: Tryin´ to get to you y Ooby dooby, que son editadas en el sello Jewel. No hay grandes ventas, pero Sam Phillips, dueño de Sun Records, les ficha. Ooby dooby vuelve a ponerse a la venta el 1 de abril de 1956, pero esta vez con Go, go, go en la otra cara, obteniendo un importante éxito. Después de esto grabará temas estupendos como Rock house, Sweet and easy o Domino, pero los siguientes singles van a ir fallando en las ventas uno detrás de otro. Tras haber prestado a los Everly Brothers una canción que le escribió a su esposa, Claudette, y que resulta un gran éxito, Orbison consigue un contrato en la RCA, compañía que le manda a Nashville para grabar bajo la producción de Chet Atkins. Esta etapa resulta poco fructífera: las nulas ventas de Almost eighteen y Paper boy hacen que la RCA le rechace, por lo que pasa al sello Monument, en el que se reedita Paper boy, con resultados pobres, y Uptown, que tampoco consigue gran cosa.

Casi desesperado, a Fred Foster, el dueño de Monument, se le ocurre variar la línea de Orbison, que abandona el Rock & Roll (lástima) y se pasa a las baladas, construidas éstas con un clima que iba in crescendo y aderezadas con instrumentos de cuerda y coros masculinos. Así, en 1960 alcanza su primer número uno y su primer disco de oro con Only the lonely. La fama de Roy desborda los EE.UU. y llega al Reino Unido y a Australia con nuevas canciones: Blue angel (1960), Running scared (1961), Crying (1961), Dream baby (1962), It´s over (1964) y el mayor éxito de su carrera: Oh, pretty woman (1964), que vendió más de 7 millones de copias en menos de un año y permaneció 3 semanas en lo más alto de las listas americanas en plena época de la invasión británica. En el Reino unido, esta canción proporcionó a Roy su segundo número uno directo (It´s over había dominado las listas británicas en la primavera del 64) y, como su predecesor, se mantuvo en las listas más de cuatro meses. Por esta época Roy era el único cantante americano que resistía ante la invasión británica. No contento con esto, él también invadía el Reino Unido, no solamente en las listas (como hemos visto), sino también haciendo giras regularmente por las islas, al principio compartiendo cartel con los Beatles.

Como vemos, Las cosas van bien y, en 1965, Roy firma un contrato de mucha pasta con la MGM. Pero lo bueno dura poco y la desgracia le tenía ganas al bueno de Roy. Nuestro protagonista y su ex-mujer Claudette estaban en pleno proceso de reconciliación cuando, al volver en moto de presenciar una carrera, tienen un accidente y Claudette muere en el acto. Orbison queda solo, destrozado y con tres hijos a su cargo. Más adelante escribirá una canción sobre el hecho, Too soon to know, que será un éxito en las listas británicas. Más desgracias: dos años después, en 1968, estando de gira por el Reino Unido, se produce un incendio en su casa de Tennessee en el que pierden la vida sus hijos Roy, de 13 años, y Tony, de 8. A partir de este momento, Roy no levanta cabeza. Reducido a tocar en clubes, vuelve a sus raíces Country y graba para Mercury y Asylum en los años setenta.

Dicen que el tiempo pone a todos en su sitio. A finales de los setenta, su reputación vuelve a subir. Este renacimiento se da al principio a través de versiones de otros artistas que se reconocen influenciados por su música. Linda Ronstadt fue una de las primeras con su versión de Blue Bayou (1977). Tres años después, Roy gana un Grammy por su dueto con Emmylou Harris (That loving you feeling again). Por esta época se va de gira con los Eagles. En 1981 ofrece un exitoso comeback show, al tiempo que Don McLean obtiene éxito con su versión del clásico de Orbison Crying. Al año siguiente triunfa otra versión de un tema de Roy, esta vez Oh, pretty woman, interpretada por Van Halen.

Pero el éxito de verdad va a volver a la carrera de Roy cuando su regrabación de su éxito de 1963 In dreams se convierte en un elemento principal de la peli de David Lynch Blue Velvet (1986). Después de esto, Roy ficha por Virgin y, con todas sus antiguas grabaciones embrolladas en procedimientos de bancarrota, Orbison decide regrabarlos. En 1987 entra en el Rock & Roll Hall of  Fame y se convierte en miembro de los Traveling Wilburys, con Tom Petty, Bob Dylan, Jeff Lynne y George Harrison. Su música está en auge y Orbison graba un especial para la tele titulado Roy Orbison and friends: a black and white night. Entre estos amigos de Roy que le sirven de banda de acompañamiento están Bruce Springsteen, Tom Waits, K.D. Lang (con la que este mismo año graba en plan dueto Crying), Elvis Costello, Jackson Browne, Bonnie Raitt, J.D. Souther, Jennifer Warnes y algunos más.

Pero no era posible que Roy disfrutase mucho tiempo de buena estrella. Cuando le estaba yendo tan bien, va y palma repentinamente de un ataque al corazón el 6 de diciembre de 1988 en el hospital de Hendersonville (Tennessee), después de quejarse de dolores en el pecho en casa de su madre. Tiene 52 tacos.

Editado a título póstumo en 1989, su álbum Mystery girl se convierte en el de mayores ventas de su carrera. Dos de las canciones de este LP se convierten en hits del Top Ten: You got it (escrita por sus colegas Tom Petty y Jeff Lynne) y I drove all night. En 1992, Virgin saca al mercado King of hearts, una recopilación de temas inéditos.

Orbison murió hace ya trece años y pico, pero su estrella sigue brillando con fuerza en el firmamento del Rock & Roll. Y así será mientras existan tocadiscos, cassettes, reproductores de CD o lo que quieran inventar para escuchar música.

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2002.

Gene Vincent

Casi nada. The Catman (El Hombre Gato); el gato salvaje de Norfolk. Gene Vincent fue, junto a Eddie Cochran, uno de los rockeros más macarras del universo del Rock & Roll. Las niñas se derretían por el guaperas de Elvis, pero los Rockers idolatraban a Vincent y a Cochran. GeneVincent fue pionero en usar el cuero negro como elemento distintivo de su imagen, lo que también le valió el apodo de Príncipe Negro. Otros, por su parte, se referían a él como un Hamlet de cuero negro, por su imagen de atormentado, algo que estaba muy de moda en el cine de aquella época con tipos como James Dean o Marlon Brando. Y tenía motivos para atormentarse, porque lo cierto es que a Gene Vincent la vida le fue dando una hostia tras otra hasta el final.

Pero para llegar al final hay que empezar por el principio: Eugene Vincent Craddock nace el 11 de febrero de 1935 en Norfolk (Virginia), en el seno de una familia pobre. Su primer contacto con la música lo efectúa a través del Gospel, aunque pronto aumenta su interés por los sonidos negros cuando descubre el Blues, según una amigo suyo, a los 12 años. El joven Gene iba paseando por Norfolk cuando vio a un cantante callejero aporreando un bidón y cantando algo así como lula lula lula (muchos estudiosos del Rock han creído ver aquí el origen de Be-bop-a-lula, su canción más conocida).

Nuestro protagonista se enrola voluntario en la marina a los 17 años, en busca de emociones y de ver mundo, y surca durante cuatro años todos los mares del planeta. Compra su primera guitarra en Nápoles, con la que se entretiene en sus ratos libres. Pronto da pequeños conciertos a sus compañeros, tocando temas Country y Blues. En 1955 es destinado a la base de Norfolk como mensajero en moto. Un día, es embestido por una mujer al volante de un Chrysler, causándole una rotura de fémur en la pierna izquierda que le manda al hospital. En los largos meses de convalecencia mata el rato practicando con la guitarra. A finales de año es licenciado y obtiene una pensión vitalicia. Este dato es importante porque Gene, al tener la vida resuelta en lo económico, se decide a intentar abrirse camino en la música.

Nuestro héroe acude a los estudios de la emisora radiofónica local WCMS, donde le conceden un show y una banda de acompañamiento, aunque sus miembros, gente de Country, no pillan la historia al toque Blues de Gene. Por esta época, el Gato Salvaje conoce a un grupo de Norfolk llamado The Virginians, con los que hará la transición del Country al Rockabilly. La banda se rebautiza como Gene Vincent and The Blue Caps, eligiendo este nombre porque siempre salen a actuar con gorras de visera azules. La banda está compuesta, en esta primera formación, por Cliff Gallup (guitarra), Jack Neal (bajo) y Dickie Harrell (batería).

En marzo de 1956, tras el exitazo de Heartbreak hotel, de Elvis, llega a Norfolk un paquete de artistas de la Sun Records encabezado por Carl Perkins. Durante el concierto, el Sheriff Tex Davis, disc-jockey local amiguete de Gene, pide a Perkins que deje tocar un par de temas al chaval. Vincent canta Be-bop-a-lula, con la que recibe una cerrada ovación del público. Carl Perkins no se impresionó demasiado, pensando que tal reacción del respetable se debía a que Gene jugaba en casa. El que sí quedó impresionado fue el Sheriff Tex, que ya, totalmente convencido de la valía de Vincent, contactó con Ken Nelson, uno de los directores artísticos de la Capitol. El momento es cojonudo: Capitol, envidiosa del triunfo de RCA con Elvis, quiere algo parecido. Gene graba varios temas con sus Blue Caps y Davis manda la maqueta a Nelson. En la Capitol gusta y ya se frotan las manos pensando que tienen a un nuevo Elvis. Para asegurar el éxito, la discográfica contrata a varios músicos profesionales: Harold Bradley, Bob Moore y Buddy Harman. Por otra parte, Gene y sus Blue Caps, que no tenían ni idea de las intenciones de la discográfica de sustituirles, cogen un avión para Nashville. Cuando llegan y se enteran de la movida, Gene es terminante: o graba con su banda o va a grabar Rita la cantaora. Como Rita la cantaora no toca Rockabilly, el productor cede y, entre los días 4 y 5 de mayo, graban Be-bop-a-lula, Race with the devil, I sure miss you y Woman love, en las que destacan la sugerente y a la vez salvaje voz de Vincent y la afilada guitarra de Cliff Gallup, dando rienda suelta a unos punteos de los de poner la piel de gallina.

El 2 de junio aparece el primer single del grupo, con Woman love en la cara A y Be-bop-a-lula en la B, pese a que Gene había insistido en que se invirtiese el orden. Las primeras semanas nadie se fija en el disco, hasta que a un disc-jockey se le ocurre pinchar la cara B. La respuesta no se hace esperar: la canción corre de emisora en emisora y el 10 de julio entra en el Top 20. Vincent se acaba de convertir en una estrella de las que cobran 1.500 pavos por actuación. Inmediatamente pide a los Blue Caps que dejen sus trabajos y se conviertan en una banda profesional. Empiezan a recorrer el país haciendo bolos y apareciendo en la tele y, paralelamente, comienza a forjarse la leyenda de rebeldía que acompañará al grupo para siempre. En uno de los shows, las fans asaltan el escenario tratando de desnudar a la banda, que pasa la noche en los calabozos de la comisaría, custodiados por la poli. El suceso salió, obviamente, en todos los periódicos y, desde ese día, artistas carcas como Pat Boone o Andy Williams se niegan a actuar después de Gene Vincent.

En agosto, durante una gira de Gene con Johnny Burnette y Lillian Briggs, la Capitol decide sacar un LP. Vincent no tiene casi tiempo para escribir nuevos temas entre concierto y concierto, por lo que el disco ha de ser completado con versiones de temas clásicos como Ain´t she sweet, aunque también se incluye una canción que Ken Nelson había encargado al compositor de Nashville Jerry Reed, titulada Crazy legs. Cuando el disco sale al mercado es duramente criticado por muchos periodistas musicales a los que escandalizaba Vincent, pero estos capullos no consiguen evitar que el plástico se venda dabuti. Tan dabuti que los Blue Caps son contratados para aparecer,junto a Little Richard, Fats Domino y Eddie Cochran (del que se hace muy coleguita) en la peli The girl can´t help  it.

Pronto empiezan a pirarse del grupo algunos Blue Caps: Cliff Gallup y el recién incorporado W.W. Williams son sustituidos por Paul Peek y Russell Wilaford, aunque, antes de esto, Cliff aún participa en un nuevo LP, que consagra definitivamente al grupo entre los grandes. Tras el LP siguen las giras, que agotan a la banda hasta el punto de que a Gene le vuelve a molestar su vieja herida y tiene que ingresar en un hospital en enero de 1957. Los matasanos le advierten de que, si no deja de actuar, su pierna va a sentirlo. Evidentemente, Gene no les hará ni puto caso. Mientras el Príncipe Negro está en el hospital, los Blue Caps perfeccionan su puesta en escena algo tiesos de viruta, ya que las actuaciones en directo son la principal fuente de ingresos de un grupo. Gallup y Williams se van definitivamente y entran otros dos estupendos músicos: el bajista Bobby Lee Jones y el guitarrista Johnny Meeks. El sonido de la banda, que hasta la fecha era una mezcla de instrumentos eléctricos y acústicos, se electrifica por completo. Finalmente, se incorpora a los Clapper Boys, dúo formado por Tommy Facenda y Paul Peek, que se encargarán de los coros.

En mayo vuelven las giras, pero ahora a lo grande, con un coche particular, un road manager y un vestuario cantoso que te cagas. Gene sigue con un dolor terrible en la pierna y, al mes siguiente, vuelve al hospital para que le coloquen una placa. Tras el alta, nueva grabación, ya que llevan 8 meses sin pisar el estudio. Graban algunos temas para el tercer LP, como Lotta lovin´, Wear my ring o I got it. En septiembre sacan un single con los dos primeros, que llega al número 12. En verano se van de gira con Jerry Lee Lewis, Little Richard y Eddie Cochran, y en septiembre viajan a Australia con Lewis y Cochran. De vuelta a EE.UU. la cosa sigue viento en popa y a toda vela, con giras apoteósicas y aparición en el show de Ed Sullivan para promocionar un nuevo single: Dance to the bop, éxito también. Hay un nuevo cambio en la banda: Peek, que además de los coros tocaba la guitarra rítmica, pasa al piano, sustituyéndole a las seis cuerdas Max Lipscomb, de 17 años.

A principios de diciembre van a Hollywood para una nueva sesión de grabación. Una vez allí, Vincent regala a todos los miembros del grupo los últimos modelos de sus instrumentos fabricados por Fender y, con ellos, graban 14 nuevos temas. Se hace una selección con ellos (en la que se encuentran Baby blue, I got a baby y Brand new beat) y se edita un nuevo LP: Gene Vincent rocks and The Blue Caps roll, acompañado por unos cuantos singles.

Más cambios: Lipscomb deja el grupo para terminar sus estudios y Peek y Facenda deciden intentarlo en solitario. Harrell deja la música por el matrimonio, sustituyéndole un batería mexicano quinceañero: Juvey Gómez. Pero el fichaje estrella del equipo es el pianista Clifton Simmons, un músico profesional de la hostia que es capaz de tocar lo que le echen y con experiencia como arreglista y compositor, que escribirá para el grupo, por ejemplo, la preciosa The night is so lonely. Al mismo tiempo, los Blue Caps son contratados para intervenir en la peli Hot Rod Gang y Gene tiene que llamar a Peek y a Facenda, que acuden prestos al rescate. Nada más terminar el rodaje empiezan las sesiones de grabación del cuarto LP: A Gene Vincent record date, con la colaboración especial de Eddie Cochran, que hace coros en varios temas. Sigue un nuevo single, Baby blue, que no tiene resonancia. La crítica musical, que se la tiene jurada a Gene, al que tilda de antisocial y de peligroso, está dispuesta a hundirle y boicotea todos sus temas. Durante los meses siguientes, los últimos Blue Caps originales dejan la banda y Vincent reorganiza lo que queda, aunque ya nunca volverá a ser una formación fija (por ejemplo, uno de los músicos que entraban y salían era D.J. Fontana, el batería de Elvis). Tras una gira chunga por Canadá a principios de octubre de 1958, se vuelven a reunir para grabar 21 temas, entre los que sobresalen el chuckberryano Maybellene y Over the rainbow, siendo la última vez que Vincent y los Blue Caps graban juntos. Los músicos, que sacaban poco de las ventas de discos en comparación con el cantante, dependiendo económicamente de los conciertos, estaban sin un duro tras unos meses sin tocar apenas, mientras que la pierna de Vincent no le dejaba hacer muchos bolos. A esto hay que sumar el boicot del mundo del espectáculo y el hecho de que la Capitol no era generosa con los disc-jockeys. Los Blue Caps estaban tocados y hundidos. Fin de la partida.

Un día, Gene citó a los músicos para pagarles los pavos que les tocaban por los últimos discos, pero no apareció. Se las había pirado a Alaska con el dinero y una chati (a Gene siempre le tiraron más dos tetas que dos carretas). Le localizaron meses después y le denunciaron. Como consecuencia de esto se le retiró el permiso de trabajo, con lo que ya no podía tocar en EE.UU. y tenía que irse fuera por narices. En 1959 realiza una gira por Japón y el Extremo Oriente y graba un nuevo LP, Crazy times, en el que colabora el batería Sandy Nelson. Nuestro prota se da cuenta de que sólo podrá seguir siendo una estrella en Europa, así que se instala en Inglaterra y realiza giras periódicas por el continente hasta que, en 1960, sufre el accidente en el que muere su colega Eddie Cochran. Gene se hunde totalmente. Cuando intenta volver a la música, el Pop británico ha cambiado el escenario por completo. En los '60 vive de apariciones en directo en Europa, mientras graba material Country en EE.UU. En esta época grabará en multitud de pequeños sellos como Buddah o Kamasutra. Va perdiendo encanto, engordando y alcoholizándose gradualmente. Se convierte también en un habitual de las crónicas de tribunales por problemas legales y disputas económicas con sus ex-esposas. En 1968, aprovechando el auge del revival rocanrolero, intenta volver a triunfar en EE.UU., pero fracasa. Ya en esta época, el alcohol le ha hecho irritable e introvertido. Muere sólo, triste y olvidado el 12 de octubre de 1971 en Los Angeles, a los 36 años, a causa de una úlcera de estómago. La mala suerte le persigue hasta después de muerto: siempre quiso ser arrojado al mar, pero las leyes norteamericanas exigen en esos casos que el cadáver sea previamente incinerado, cosa que repugnaba a Vincent, por lo que no se pudo cumplir su última voluntad.

Y aquí acaba la historia del más macarra entre los macarras. Pero sólo la historia; su música perdurará para siempre. Gene Vincent, I sure miss you.

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.

Johnny Burnette

Este mes toca otro de mis favoritos. Johnny Burnette es sin duda una de las figuras míticas del Rockabilly clásico junto a gente como Carl Perkins o Gene Vincent. El Johnny Burnette Trio estuvo siempre entre mis grupos de referencia durante mi tuperiana adolescencia. La inconfundible voz de Johnny, sus alaridos salvajes, el martilleante contrabajo de su hermano Dorsey o esa guitarra distorsionada de Paul Burlison tan característica del sonido del Rock´n´Roll Trio constituían una especie de llamada de la selva que me arrastraba hacia lo más profundos y catárticos abismos rockabillescos. Era la pinga del mandinga; el copón del keep on rockin´, beibe. Pero como de costumbre, empecemos por el principio.

Segundo hijo de Dorsey Sr. Y Willie Mae Burnette, Johnny nace en Memphis (Tennessee) el 25 de marzo de 1934, un año después que su hermano Dorsey. Parece ser que al crío le tiraba tanto la música que su madre le compró una guitarra a los cinco años. Los dos hermanos asisten a la Blessed Sacrament Catholic School. Aunque no son buenos estudiantes, sí son excelentes deportistas, lo que les salva de la expulsión más de una vez. Practican el fútbol americano y el baloncesto, pero más tarde les da por el boxeo, ubicándose en la categoría de los ligeros. También en Memphis, otro chaval, Paul Burlison, estaba estudiando en la Humes High School (la misma a la que asistía Elvis, que estaba un curso por detrás de Paul) y tocaba el contrabajo en un grupo Country llamado The Memphis Ramblers. Paul había nacido en Brownsville (Tennessee) el 4 de febrero de 1929, pero su familia se había trasladado a Memphis buscando ganarse la vida. En 1946, Burlison se alista en la Marina, donde aprende a boxear. En 1949, cuando regresa a la vida civil, se une a una nueva banda Country: Shelby Follin & The Memphis Four. La afición por el boxeo hace que Paul, en 1950, durante una competición amateur y antes de comenzar el combate, conozca a su rival, que no es ni más ni menos que Dorsey Burnette. Ambos hablan de su auténtica pasión: la música. Días después, Paul, Dorsey y Johnny quedan para ensayar y salen contentos. Pronto encuentran algunos garitos donde tocar, pero eso no es suficiente para vivir y entran a trabajar en la Crown Electric Company (en la que también curraba Elvis), aunque Johnny deja pronto este empleo para hacérselo de vendedor ambulante. Su compañero es Johnny Cash. Posteriormente, los hermanos también trabajan en las barcazas del Mississippi e intentan buscarse la vida en California, de donde regresan sin nada en 1955.

Cuando Elvis aparece por primera vez en la tele (28 de enero de 1956), los Burnette no lo dudan: en el Norte están las grandes discográficas y las principales cadenas de TV. En marzo, meten sus bártulos en un viejo Ford y se dirigen a Nueva York bajo una terrible tormenta de nieve. Una vez allí, van directamente a la oficina que elige los artistas para aparecer en la Hora Amateur de Ted Mack, el concurso de artistas noveles más famoso de la televisión, donde les dicen que si son elegidos, pasarán más de seis meses antes de aparecer en la caja tonta. Tocan Tutti fruti, Honey hush y Blue suede shoes, causando tan buena impresión que deciden meterles en el programa de la semana siguiente. Nuestros tres amiguetes tienen éxito y pasan a la siguiente fase, y luego a la siguiente, y a la siguiente... hasta llegar a la semifinal, que se celebra en el Madison Square Garden. Henry Jerome, el director de la orquesta del programa, se convierte en manager del Johnny Burnette Trio, que realiza una gira junto a los ganadores del concurso. A la vuelta, tres discográficas quieren contratarles: Capitol, ABC y Coral. Escogen a esta última.

El 7 de mayo, con Bob Thiele como productor, se trasladan al Pythian Temple, un antiguo salón de baile que la discográfica había convertido en estudio de grabación. Cuando llegan, alucinan: una orquesta de treinta músicos les espera con órdenes de hacer todo lo que el trío quiera. Johnny les ordena que se vayan todos menos el batería, al que mantiene para hacer un sonido más compacto. De todos modos, pronto le manda también a casita, ya que el pobre hombre, músico profesional, toca muy bien, pero demasiado flojo, y no consigue encajar en el sonido salvaje del grupo. Así pues, se quedan con el esquema típico del Rockabilly primitivo: guitarra acústica, guitarra eléctrica y contrabajo (además de la voz, claro). Graban Midnight train, Oh, baby babe y los dos temas que se incluirán en el primer single del trío: Tear it up  y You´re undecided. A pesar de que todo sale bien, el Johnny Burnette Trio pide a la compañía que la próxima vez les dejen grabar en Nashville, donde hay músicos de sesión que comprenden mejor su música. En julio van para allá y buscan un pianista, eligiendo a Owen Bradley, a un batería, Buddy Marman, y, esporádicamente, utilizan los coros de las Anita Kerr Singers y la guitarra rítmica de Grady Martin. En dieciséis días graban temas como Chains of love, I just found out, Sweet love on my mind o Blues stay away from me, estos dos últimos cantados por Dorsey. Poco después aparece el segundo single, con Oh, baby babe y Midnight train y, seguidamente, el tercero, con The train kept a’rollin’ y Honey hush, aunque ninguno de los dos logra una buena posición en las listas. El Johnny Burnette Trio era una de las bandas más populares del país, una de las pocas que tocaba Rockabilly del auténtico en el Norte... pero no vendían discos.

En octubre se les contrata para una gira con Carl Perkins y Gene Vincent (un paquete puramente Rockabilly) y reciben una oferta para aparecer en la peli Rock, Rock, Rock (una de esas de Alan Freed con mínimo argumento y máximo de Rock & Roll). Pero las cosas no van tan bien: la frustración por no entrar en las listas y el hecho de que el público se fije más en Johnny que en el resto provocan la salida del grupo de Dorsey. Poco antes, Tony Austin, primo de Carl Perkins, se había unido al trío con su batería, y ahora, Johnny Black, hermano de Bill Black (el contrabajista de Elvis), sustituye a Dorsey justo a tiempo para el rodaje de la peli, en la que interpretan Lonesome train y I just found out, que constituyen su siguiente single. Con peli y todo, el éxito se resiste.

En marzo de 1957, vuelven a Nashville para grabar más. A pesar de que Dorsey ya no toca en el grupo, su contrato le obliga a estar presente en el estudio. Graban cuatro temas, dos de ellos con coros, en una concesión a los nuevos derroteros que va tomando el Rock & Roll. Son Eager beaver baby y Touch me, editadas en mayo, y Drinkin’ wine spo-dee-o-dee drinkin’ wine y Butterfingers, en agosto, canciones que tampoco conseguirán ningún hit. El continuo fracaso comercial hace que la discográfica pierda interés en ellos. En otoño se deshace la banda y Paul Burlison vuelve a casa, donde monta un negocio. Los Burnette se instalan en California, pero tirando cada uno por caminos distintos. Dorsey graba Country y Rockabilly y con el tiempo se convierte en uno de los compositores Country más afamados de Nashville y se hace rico componiendo temas para gente como Ricky Nelson. Muere el 19 de agosto de 1979. Johnny, por su parte, consigue el éxito con el apoyo de una orquesta (lo que son las cosas). Su estilo se dulcifica, interpretando baladas y convirtiéndose en un teen idol (ídolo de adolescentes: siguiente evolución en el Rock’n’Roll. Se trata de cantantes, generalmente guaperas, que hacen Rock & Roll suavizado, destinado principalmente a los adolescentes), aunque, eso sí, Johnny Burnette fue uno de los intérpretes que mayor calidad demostró en este género, grabando mogollón de temas para el sello Liberty y después para Capitol, Chancellor, Sahara y para su propia compañía, Magic Lamp. En 1960 aparecen sus dos mayores éxitos, ambos editados por Liberty: Dreamin’ (nº 11 en las listas) y You´re sixteen (nº8). Entre 1960 y 1964, Johnny es una superestrella. Gira por Inglaterra, vende millones de vinilos... Y cuando todo iba tan dabuti, su barca de pesca vuelca el 1 de agosto de 1964 y muere ahogado, pasando a engrosar la lista de ídolos del Rock & Roll muertos antes de tiempo. Vaya putada. Pero eso sí: tanto el Burnette Trio como Johnny o Dorsey en solitario siguen vivos en mi equipo de música y en el de muchos otros cool cats como yo. Y por muchos años.

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.

Eddie Cochran

Eddie Cochran es sin duda alguna uno de los mayores mitos del Rock and Roll. Este rockero rubio y su amigo Gene Vincent son reconocidos por todo tupé viviente como los más macarras entre los macarras; Rockin´ auténtico de etiqueta negra. Centrémonos en Eddie, que ya le tocará el turno a Gene. El rubiales tenía una voz de la hostia, de las que puedes casi tocar porque realmente tienen cuerpo, con un punto de ronquera que la hacía inconfundible. Además, el cabrón la sabía utilizar a las mil maravillas, dándole, según le conviniera, un carácter romántico, chulesco, agresivo, salvaje, o el que mejor se ajustase a la canción y sin perder ni un ápice de credibilidad. Pero sus cualidades no acababan en su voz: era también un guitarrista estupendo y componía la mayoría de sus canciones (algo no tan común como pueda pensarse). Por si esto fuera poco, era un guaperas, con un atractivo sexual comparable al de Elvis. Vamos, que era como la Nancy, que lo tenía todo, todo, todo...

Pero, como siempre, empecemos por el principio: Eddie Ray Cochran nace el 30 de octubre de 1938 en Oklahoma. Es el menor de cinco hijos. Como otros ídolos del Rock, Eddie siente pronto la afición por la música, afición que sus padres deciden potenciar regalándole su primera guitarra cuando cumple diez años. El chaval aún no tenía claro cuál era su instrumento y por aquella época su gran ambición era ingresar como batería en la banda del cole. Poco después le da por el trombón, pero pronto se le pasa por culpa de su profe, que le dice que no tiene la boca apropiada para dominarlo. Su madre le compra otra guitarra, con la que su padre le enseña los acordes básicos. El resto lo aprenderá por su cuenta escuchando la radio.

Su familia se muda a California y allí Eddie entra a formar parte de un trío de músicos locales. En 1954 conoce a un cantante Hillbilly llamado Hank Cochran (con el que no le unía ningún parentesco) y se integra en su banda como guitarrista. El grupo toca por las fiestas y los bailes de la comarca y Hank se da pronto cuenta del tirón que tiene Eddie con el público, lo que motiva que la banda sea bautizada como The Cochran Brothers.

En 1955, Eddie conoce en una tienda de música al que será su compañero inseparable: Jerry Capehart. Jerry es un célebre compositor y letrista de canciones. Gracias a su conocimiento del mundillo musical, consigue que los Cochran Brothers graben dos temas (Guilty conscience y Mr. Fiddle) en una pequeña compañía de Hollywood: la EKKO. Jerry no cesa de insistir a Eddie para que deje el Hillbilly, que lo suyo es el Rock and Roll. Termina de decidirle un concierto de Elvis en Dallas, al que el rubio asiste. El hechizo da sus frutos: los Cochran Brothers, acompañados por Capehart, un pianista y un batería, graban dos temas Rockabilly: Tired & sleepy y Fool´s paradise. Esto va a provocar la separación del grupo: Eddie se decide por el Rock and Roll y Hank por el Country, yéndose a Nashville.

Durante 1956, Cochran se dedica a versionear a Elvis, Berry y Ray Charles. Finalmente, en los estudios del sello Crest, graba una versión del clásico Skinny Jim, cinta que va a mover Jerry por las principales discográficas. Es la Liberty quien lo ficha. A los pocos meses (abril de 1957) aparece su primer single, con Twenty flight Rock en la cara A y Dark lonely street en la B. Este vinilo, sin ser un exitazo, tiene una buena acogida, lo que hace que Eddie sea contratado para aparecer en la peli The girl can’t help it, junto a otros artistas como Little Richard, Fats Domino y Gene Vincent..

El siguiente single (junio de 1957), con Sittin’ in the balcony y Completely sweet, es el que lanza definitivamente a Eddie Cochran. Se trata (la cara A) de un tema compuesto por John D. Loudermilk que le había sido ofrecido a Eddie y Jerry por los directivos de la Liberty. El disco se convierte en single de oro, pero también recibe alguna crítica dura que señala a Eddie como una copia de Elvis fabricada por la Liberty para aprovechar el tirón del Rock & Roll (y es que algunos críticos no tienen ni puta idea, oyes). En los meses que siguen, Eddie sale en la tele y no para de hacer bolos. Es incluido en la gira del Biggest show of stars for ’57, junto a Buddy Holly (que se convierte en amigo íntimo), Chuck Berry y los Everly Brothers. Pero la fama es huidiza y Eddie ve cómo con el paso de los meses su popularidad empieza a descender. Nuestro protagonista consigue paliar de momento este descenso con su aparición en la película Untamed youth, en la que interpreta el tema Cotton picker, pero Eddie necesita urgentemente otra canción de éxito. Cochran y Capehart se ponen manos a la obra. Se acerca marzo, mes en el que, según contrato, tienen que realizar otra sesión de grabación, pero aún no tienen nada en condiciones. Sólo un riff que Eddie, nervioso perdido, toca continuamente. Por último, nuestros dos amigos deciden construir una canción en torno a ese riff cuya letra tenga el verano como tema. Summertime blues (así se llama la canción resultante) se graba el 11 de junio. El tema llega al número 8 y entra también en las listas británicas. La fama vuelve a sonreír a nuestro rubio amigo, pero éste no descansa y, junto a su inseparable coleguita Jerry, continúa buscando más canciones. Graba Let´s get together pero, cuando el single está a punto de salir, Eddie decide cambiarle el título por el de C´mon everybody, con el que vuelve a alcanzar los primeros puestos de las listas.

1959 resulta muy atareado para el rubiales, con mogollón de conciertos por todo EE.UU. con su banda de acompañamiento, The Kelly Four. Es invitado a unirse al 1959 Winter dance party tour con su amigo Buddy Holly, pero no acepta a causa de la que va a ser su tercera aparición cinematográfica: Go Johnny go. Cuando se estrella el avión en el que mueren Holly, Ritchie Valens y Big Bopper, Eddie recibe la noticia con desolación y graba en homenaje a sus colegas el tema de John D. Loudermilk Three stars, cuyos beneficios son destinados a ayudar a las familias de los músicos muertos. Antes de terminar el año, y tras su aparición en la peli antes mencionada, Cochran se va de gira al Reino Unido junto a Gene Vincent (otro buen amigo suyo), los Everly Brothers y Duane Eddie. El éxito es total y los británicos alucinan con Gene y con Eddie. El promotor de la gira, Ken Nelson, consigue prolongarla hasta enero, sustituyendo a Duane y a los Everly por dos artistas ingleses: Billy Fury y Joe Brown. Tras un breve descanso en Estados Unidos, Gene y Eddie vuelven a las islas, apareciendo repetidamente en la radio y la televisión británicas. Su última actuación tiene lugar en el hipódromo de Bristol. Después de ésta, los artistas tienen diez días libres. Eddie y su novia Sharon Sheeley (destacada compositora de temas de Rock & Roll) proyectan viajar a EE.UU. y casarse. El cantante lleva unos días nervioso, obsesionado con que su destino es morir igual que Buddy Holly. Esa mañana del16 de abril de 1960, el taxi que lleva a la pareja y a Gene Vincent al aeropuerto sufre un reventón que hace que el vehículo se estrelle contra una farola. Sharon, Gene y el conductor sufren heridas de diversa consideración, pero Eddie sale peor parado al atravesar el parabrisas y golpearse en la cabeza. Son llevados al hospital, pero Eddie no se recuperará, muriendo al día siguiente, 17, a la edad de veintiuno. Por aquellos días, una canción suya circulaba por las listas. Su título: Three steps to heaven (Tres pasos hacia el cielo).

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.

Buddy Holly

El rockero que toca este mes es, sin duda, otro de mis favoritos. No era un tío superguaperas ni tenía pinta de macarra, sino más bien de chivato-acusica-gafotas-empollón, pero lo que sí tenía era uno de los mayores talentos musicales de entre todos los cantantes de esa década. Y no me refiero sólo a los intérpretes de Rock and Roll, sino a todos los cantantes.

Pero, como siempre, lo mejor será empezar por el principio: Charles Hardin Holley nace el 7 de septiembre de 1936 en Lubbock (Texas), hijo de Lawrence y Ella. Los Holley han emigrado a Lubbock atraídos por la gran cantidad de puestos de trabajo que genera en esa zona la industria algodonera. Lawrence trabaja en todo tipo de oficios (P. ej. carpintero, cocinero o sastre) hasta que a principios de los ’50 funda una pequeña empresa constructora con unos ahorrillos, en la que coloca a sus cuatro hijos. A Charles, el menor de los cuatro, pronto le empiezan a llamar Buddy (apelativo cariñoso sureño para referirse al benjamín de la familia). Durante sus años escolares, su apellido se transforma de Holley a Holly. El pequeño Buddy no tarda en aficionarse a la música. En el Sudoeste de los EE.UU. se solían interpretar canciones en familia, con resultados en muchas ocasiones cercanos a los de los profesionales. Estas primeras experiencias mostraron la aptitud e intuición de Buddy. En 1941, Buddy y sus dos hermanos (Travis, de 14, y Larry, de 16) cantan durante la feria local el tema Country Down the river of memories, con el que ganan 5 dólares. Durante los años siguientes, Buddy se familiariza con algunos instrumentos del Country: guitarra, banjo y violín, principalmente, y también toma clases de piano. Escucha fielmente el Grand Ole Opry y el Louisiana Hayride y su ídolo es Hank Williams. Pronto la guitarra se convierte en su instrumento preferido, teniendo como primer maestro a su hermano Travis.

En octubre de 1950, Holly empieza a asistir a la J.T. Hutchinson Junior High School, donde conoce a Bob Montgomery, también aficionado al Country, con el que empieza a tocar. Los dos se pasan las noches oyendo a dos disc-jockeys negros: el Profesor Bop y Gatemouth Brown, que radian sólo Blues. En 1953, Buddy y Bob graban de forma casera el tema Footprints in the snow y empiezan a tocar en las fiestas de los institutos. La música es la principal obsesión de Holly, con lo que los estudios comienzan a flaquear, pese a que para satisfacer a sus papás se matricula en cursos nocturnos de artes gráficas y delineación. En 1954, en un festival de su instituto en memoria de los pioneros del Oeste, el dúo gana el primer premio de interpretación con un tema Country: Flower of my heart. Este éxito les anima y consiguen una audición en la emisora local KDAV, cuyo director, Hi Pockets Duncan, les sugiere que amplíen su repertorio y se busquen un bajista. Eligen a un coleguita del instituto, Larry Welborn, y empiezan a preparar varios temas en los que Bob canta y Buddy se encarga de los coros. Poco después, Buddy comienza a interesarse por el Rhythm & Blues y a incluir en el repertorio canciones de este estilo, en las que lleva la voz principal. El trío se gana una reputación de grupo de directo y salta a las ondas en el show Sunday party, obteniendo un gran éxito de audiencia. Pronto tienen un programa propio, el Buddy and Bob show, y Hi Pockets Duncan se convierte en su manager.

A finales de enero de 1955, Elvis Presley toca en Lubbock. Buddy asiste al concierto y, muy impresionado, va a verle al camerino. Se hacen colegas inmediatamente y Elvis le propone que toque con él al día siguiente en la inauguración de un nuevo garaje de la Pontiac en Lubbock. Buddy descubre así el Rock & Roll, lo que va a marcar definitivamente su estilo. Holly incluye en sus actuaciones alguno de los temas de Presley e incorpora en el grupo al batería Jerry Allison para acercarse más al sonido del nuevo estilo. Buddy y Bob empiezan a escuchar a los bluesmen de la Chess, especialmente a Lonnie Johnson, flipando los dos en colores. Conocen a otros intérpretes de Rock & Roll como Roy Orbison o Buddy Knox y, en abril, cuando Elvis Presley vuelve a Lubbock, Holly toca varios temas con él. Por aquel entonces, Buddy ya tiene terminadas sus dos primeras composiciones rocanroleras: Down the line y Baby, won’t you come out tonight.

En el verano de 1955, el grupo de Holly (que por esta época se llama Western and Bop) no para de tocar. Después, el 14 de octubre, telonea a Bill Haley & The Comets en Lubbock. Al día siguiente vuelven a actuar, esta vez compartiendo cartel con Floyd Cramer, Jimmy Newman, Johnny Cash y Elvis Presley, que, de nuevo, toca algunos temas a dúo con Holly. Otro intérprete de éxito al que telonean Buddy y los suyos es a Marty Robbins. Tras el bolo, Holly, Robbins y su manager, Eddie Crandall, se van de juerga. Marty piensa que Buddy debería conseguir una audición en algún sello y Crandall, totalmente de acuerdo, habla con Jim Denny, cazatalentos de la división Country de Decca. Denny necesitaba un nuevo Elvis, ya que meses antes le había dicho al Pelvis durante una emisión del Grand Ole Opry que lo mejor que podía hacer era volver a su camión. Ahora Presley acababa defirmar por RCA por 35.000 dólares y Denny era la rechifla del gremio. Total, que Denny pone un telegrama a su contacto en Lubbock, pidiéndole que haga que Buddy Holly grabe cuatro canciones sin cambiar para nada su estilo y que se las mande lo antes posible por avión. El telegrama no menciona en ningún momento a Bob Montgomery, que se separa de Buddy. La banda queda con Jerry Allison a la batería y Buddy, que pide ayuda a Sonny Curtis (guitarra) y a Don Guess (bajo). Holly se acaba de comprar su primera guitarra profesional, una Fender Stratocaster, modelo totalmente inusual entre los músicos blancos pero muy común entre los bluesmen. Graban Love me, Don’t come back tonight y Baby won’t you come out tonight. Nada más enviar la cinta se van de gira como banda de Hank Thompson. Cuando Denny recibe la cinta lo flipa y fija la fecha de grabación para Buddy el 26 de enero de 1956.

Buddy Holly y compañía llegan a Nashville en la fecha fijada. La discográfica quiere repetir con Holly el éxito que Elvis había obtenido pocas semanas antes con Heartbreak Hotel. La sesión no resulta demasiado bien. Don Guess y Sonny Curtis son vetados como músicos de acompañamiento y a los músicos de Nashville no les mola el Rockabilly. Buddy tiene que aguantar a una banda que no comprende la música que quiere hacer y, como es lógico, el resultado es bastante inferior a lo esperado. El 16 de abril aparece el primer single de Buddy Holly: Love me / Blue days, black nights. Aunque tiene buenas críticas, las ventas son escasas. Durante el verano, Holly inicia su primera gira profesional, pero hay broncas y Curtis y Guess dejan la banda. El 15 de noviembre lleva a cabo otra sesión de grabación con la que tampoco queda satisfecho, exceptuando el tema Rock around with Ollie Vee. Convencido de que no le van a renovar el contrato, vuelve a Lubbock. El 24 dediciembre, Decca lanza su segundo single: Modern Don Juan / You are my one desire, que tampoco vende demasiado. Convertir al gafotas en un ídolo no es tan fácil como esperaba Decca. Su contrato es rescindido.

Holly y Jerry Allison se tiran todo el invierno ensayando. También tocan en algunos clubs para sobrevivir, donde se van haciendo una buena reputación. Muchos músicos de la zona acuden para hacer jam-sessions con ellos. Buddy decide grabar algunos temas para mandar cintas a las discográficas y se traslada a Clovis (New Mexico), a los estudios NorVaJak, propiedad de un tal Norman Petty. Allison, Buddy y su hermano Larry Holley graban los temas Bo Diddley y Brown eyed handsome man y regresan tan contentos a Lubbock, dispuestos a seguir componiendo canciones.

En enero de 1957, Gary Tollet busca una banda que le acompañe en una audición para la compañía Roulette. Va a ver a Holly y llegan a un acuerdo: Holly y compañía le acompañarán si Gary consigue una audición para ellos. Para esto, vuelven a los estudios de Norman Petty y, con la ayuda de Niki Sullivan (guitarrista) y Larry Welborn (bajista), graban el 25 de febrero de 1957 una nueva versión de That’ll be the day, canción que ya habían grabado en los estudios de Decca, y un tema nuevo: I’m looking for someone to love, al tiempo que piensan un nombre para el grupo. Deciden llamarse The Crickets (los grillos). Tiempo después, Holly sigue sin tener noticias. Norman Petty, al que le había molado el grupo y tenía algún colega en la compañía, telefonea para ver qué pasa. Le dicen que los directivos habían encontrado interesantes los temas del gafoso y que estaban a punto de ser grabados por otros músicos. Petty se pone en contacto con Holly y éste llama a Roulette para amenazarles con un pleito si otros graban las canciones sin su consentimiento. Le devuelven la cinta con la seguridad de que no se haría uso indebido de sus composiciones. A raíz de esto, Petty y Holly se hacen muy colegas y el primero sugiere al segundo que envíe la cinta a Bob Thiele, del sello Coral. Lo hace y Bob decide comprar los derechos de That’ll be the day para lanzar un single. Pero hay nuevos follones: Buddy tenía firmado contrato con la Decca por dos años y, aunque la discográfica le había mandado al peo un año antes de su expiración, Holly no podía editar nada en otro sello. Por suerte, Coral era subsidiaria de Decca, y se llegó a un acuerdo: Holly era libre de editar lo que quisiera en Coral a cambio de renunciar a los derechos de sus canciones de Decca.

Aquí es cuando Holly decide formar de una vez por todas un grupo estable: Allison a la batería, Joe B. Mauldin al bajo y Niki Sullivan a la guitarra rítmica. Estamos ya ante la formación definitiva de Buddy Holly and The Crickets. A finales de marzo vuelven a los estudios NorVaJak para grabar otros dos temas: Last night y Maybe baby. Después, durante mayo y  junio, se encierran literalmente en los estudios. Norman Petty se los ha dejado gratis con la condición de que le cedan un porcentaje de los beneficios de cualquier canción grabada en ellos. Holly, que quiere controlar totalmente su sonido, acepta. El 27 de mayo aparece el single That’ll be the day / I’m looking for someone to love editado por Brunswick, otra subsidiaria de la Decca, pero, tras varias semanas, no vende demasiado, a pesar de que las emisoras de radio lo pinchan regularmente. Cierto día, un disc-jockey de la WWOL de Buffalo (Nueva York) enloquece repentinamente y se encierra en el estudio de la emisora con dos copias del single de Buddy, radiando That’ll be the day durante 16 o 17 horas seguidas hasta que es desalojado por la policía (qué pasote). Esto hace muy popular la canción en el radio de acción de la emisora. El 23 de septiembre se ha situado en el segundo puesto de las listas Rhythm & Blues y en el tercero de las listas Pop. En pocas semanas, el mercado se inunda de discos de Buddy Holly: Decca lanza un single con la primera versión de That’ll be the day y Rock around with Ollie Vee, Coral saca otro con Words of love  y Mailman, bring me no more blues, mientras que Brunswick vende un huevo de copias del single que lo ha liado todo. En agosto, los Crickets han iniciado su primera gira importante, siendo contratados incluso por varios clubs de Blues y sorprendiendo al público, que esperaba ver aparecer a un grupo negro tocando música negra. Durante agosto y septiembre recorren el país junto a Fats Domino, Chuck Berry, Paul Anka, The Everly Brothers, The Drifters, Frankie Lymon and The Teenagers, LaVern Baker, Clyde McPhatter y Jimmy Bowen, en El mayor espectáculo de estrellas para 1957. Cada artista actúa durante 15 minutos, viajan todos en autobús y se alojan en hoteles baratos. Durante esta gira, los Crickets se hicieron muy muy coleguitas de los Everly Brothers y de Chuck Berry.

La cosa marcha. Norman Petty se ha convertido en su representante y también firma las composiciones del grupo, en el que Holly se muestra como un prolífico autor. En septiembre aparece un nuevo single con Peggy Sue y Everyday, alcanzando rápidamente el tercer puesto en las listas, donde permanece durante nueve semanas. Este éxito hace que Brunswick se decida a lanzar un LP del grupo: The chirping Crickets, del que cuatro temas han sido grabados en un estudio móvil instalado en la base de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Tinker (Oklahoma), ya que los Crickets aún estaban de gira. Una vez terminada ésta, vuelven a Lubbock y Niki Sullivan abandona la formación. El grupo decide no buscar sustituto, adoptando la composición clásica del Rockabilly: guitarra, contrabajo y batería. En diciembre, el trío aparece en el show de Alan Freed, donde causan sensación. Tras sacar un nuevo single, Rave on /That’s my desire, los Crickets aparecen en el show de Ed Sullivan. Se produce una bronca gorda entre Buddy y Ed porque el presentador intenta manipular la puesta en escena del cantante, lo que tiene como consecuencia que sólo graben una canción (Oh boy!) para el programa. Sullivan intentará disculparse para que Buddy vuelva a su show, pero no habrá manera: Buddy se negará siempre a actuar en el programa.

El grupo ya es conocido en todo el país y, a partir de 1958, el grupo se ve inmerso en una vorágine de grabaciones, giras y apariciones en televisión. El 27 de enero, los Crickets salen hacia Honolulu y Australia con Jerry Lee Lewis, Paul Anka y Judie Sands. Mientras tanto, van saliendo al mercado más singles. Coral lanza los temas I’m gonna love you too y Listen to me, y Brunswick hace lo propio con Maybe baby y Tell me how. En febrero se van a Florida y, después, a Inglaterra, esta vez junto a Bill Haley y Jerry Lee Lewis. En marzo, Coral edita un LP titulado Buddy Holly. Nueva gira junto a Alan Freed, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Larry Williams y Frankie Lymon. En abril, Decca lanza otro LP titulado That’ll be the day, conteniendo la mayor parte de los temas grabados por Buddy en 1956. Pero las ventas de este disco y las de los singles de Decca de 1957 se resienten muchísimo por las continuas broncas que tiene Buddy con los ingenieros de sonido de la compañía para que le dejen grabar sus canciones como él quiere.

El 3 de mayo de 1958 se produce un follón gordo en el Boston Arena, en el que tocan esa noche los Crickets, Jerry Lee Lewis y Chuck Berry, al intentar suspender el concierto las autoridades de la ciudad cortando la electricidad del recinto. Los jóvenes se enfrentan con la poli, lo que desata una campaña enorme contra el Rock and Roll. Tras esta movida, los Crickets pasan unos días en Lubbock, pero las cosas estaban chungas en el grupo: Mauldin y Allison se habían aficionado a la bebida tras un largo año en la carretera. Además, los tres tomaban estimulantes para combatir la fatiga. También estaban cansados del control de Norman Petty porque, al fin y al cabo, los músicos eran ellos. En junio de 1958, los Crickets viajan a Nueva York para resolver unos asuntos con la discográfica. Buddy Holly, con fundas nuevas en los dientes que mejoran su famosa sonrisa, realiza las primeras grabaciones sin su grupo, interpretando dos temas de Bobby Darin. Allí conoce a la portorriqueña María Elena Santiago, con la que se casa el 15 de agosto en Lubbock, matrimonio mantenido en secreto para no desilusionar a las fans. En julio, Holly ha grabado unas maquetas para los Everly Brothers, para las que ha contratado a un guitarrista de estudio llamado Tommy Allsup, que se une a los Crickets. El 1 de septiembre graba unos jingles de promoción para una emisora de radio en la que trabajan dos amiguetes suyos de la infancia: Slim Corbin y Waylon’ Jennings. Éste le cuenta que tiene pensado dedicarse a la música y Buddy se ofrece para producirle. Graban en Clovis dos temas, When sin stops y Jolie blon, mientras que los Crickets preparan un nuevo single con Reminiscing  y Come back, baby. A finales de octubre, Petty convence a Holly para que introduzca cambios en su estilo. Sus últimos singles no han funcionado como se esperaba, ya que el Rock and Roll está tomando otros derroteros. Se va imponiendo el estilo de los Teen Idols, que interpretan un Rock suavizado, con mucha balada y acompañamiento de orquestas. Buddy Holly, de carácter inquieto, prueba esto que le propone Norman acompañado de la orquesta de Dick Jacobs, en unas grabaciones en las que por primera vez no toca la guitarra. Graba cuatro temas: Moondreams, True love ways, It doesn’t matter anymore y Raining in my heart.

Holly se ha hecho maduro. El 29 de octubre se separan los Crickets, ya que Buddy deseaba centrarse en las sesiones de grabación y dejar las giras, con lo que no estaban de acuerdo los otros. Buddy Holly se muda a Nueva York, rompe sus relaciones profesionales con Norman Petty, imagina futuros proyectos con Ray Charles y comienza a recibir clases de arte dramático. En Nueva York funda una compañía discográfica, Prism Records, en la que pretende editar cualquier tendencia innovadora que surja en el Rock & Roll. Saca un single con Heartbeat y Well... All right, pero, a finales de mes, Petty bloquea las cuentas bancarias de Buddy hasta que sea legal la separación de los Crickets, lo que deja al gafoso cantante tieso de viruta. La forma más rápida para un músico de conseguir pasta es tocando en directo. Holly vuelve a Lubbock y pide a Waylon’ Jennings que le acompañe como bajista, junto a Tommy Allsup a la guitarra y Charlie Bunch a la batería. La gira comienza el 23 de enero de 1959 y cuenta también con otros artistas en el cartel: Ritchie Valens, The Big Bopper, Dion and The Belmonts y Frankie Sardo. El 2 de febrero, Allison y Mauldin, tras romper definitivamente con Norman Petty, intentan ponerse en contacto con Holly, sin éxito. Tras una actuación en Clear Lake (Iowa), Holly, cansado, decide alquilar una avioneta para llegar unas horas antes que el autobús de la gira a Moorhead, lugar del siguiente concierto, y poder dormir un rato. En el último momento, Waylon cede su plaza a Big Bopper y Tommy se la juega a suertes con Ritchie Valens y pierde. A la 1:50 de la madrugada del 3 de febrero de 1959 despega la avioneta desde el pequeño aeropuerto de Mason City (Iowa), pilotada por un joven e inexperto piloto. Tras recorrer 10 millas envuelta en una fuerte tormenta de nieve, se estrella, muriendo todos sus ocupantes en el acto.

Este accidente supuso, en cierto modo, como señala J.A. Hidalgo en sulibro La década dorada del Rock and Roll, un golpe de gracia a este estilo, que atravesaba en 1959 la peor crisis de su historia. Morían aquella madrugada dos estrellas muy prometedoras, Big Bopper y Ritchie Valens, y una estrella ya consolidada, de las más brillantes en el firmamento del Rock & Roll: Buddy Holly. Hay quien dice que esta muerte tan prematura (a los 22 años) favoreció al mito de Buddy Holly porque su futuro era una incógnita, porque probablemente iba a cambiar su estilo de forma radical y porque nos ahorramos ver su decadencia y lo recordaremos eternamente joven. No estoy de acuerdo. Pienso que perdimos a un gran músico que pudo haber grabado muchos más discos estupendos. Cualquier dirección que hubiese tomado hubiera sido muy interesante, dada su gran valía como artista, su carácter inquieto y su voluntad de innovar. Oídme, dinosaurios: evolucionar es positivo si es para bien. Como decía Eddie Cochran en Three stars, su canción de homenaje a los tres cantantes fallecidos en el accidente, “Buddy Holly, siempre te recordaré con lágrimas en mis ojos”. 

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.

Jerry Lee Lewis

Jerry Lee Lewis, The Killer, el asesino de Louisiana, sí que se ajusta a lo que uno espera de una estrella del Rock & Roll: juerguista, mujeriego, macarra, vacilón, bronca.... Con un par de pelotas de fuego. Además, es probablemente el único de las grandes estrellas del Rock and Roll de los cincuenta que nunca se vendió lo más mínimo, como vais a ver en este artículo.

Nuestro protagonista nace en Ferriday (Louisiana) el 29 de septiembre de 1935. Es el segundo hijo de Elmo y Mary Ethel. Cuando aún es muy pequeño (tres años según unas fuentes, cuatro según otras), su hermano mayor, Elmo Jr., muere atropellado por un camión, por lo que va a crecer como hijo único hasta que, años más tarde, sus padres tienen dos hijas más (Linda Gail y Frankie Jean). Los padres de Jerry eran ambos bastante religiosos y muy aficionados a la música, afición que transmitieron a sus hijos. El padre de Jerry, que tocaba el piano y la guitarra, llegó a firmar con la Sun en los cincuenta (aunque probablemente fue una maniobra de Sam Phillips para mantener a Jerry Lee en su compañía). Su madre, a la que llamaban cariñosamente Mamie, hizo los coros a Jerry en un tema Gospel. Sus hermanas también grabaron en los estudios de la Sun, y Linda tiene actualmente su propia carrera musical. Frankie Jean lleva el museo familiar de Ferriday y es también buena cantante. Pero no nos desviemos: Elmo era granjero, pero no el típico granjero tranquilo y bonachón. Su carácter salvaje le llevó a la trena más de una vez. En los momentos bajos encontraba consuelo en sus discos de Jimmie Rodgers. Mamie era muy aficionada al Gospel y una mujer profundamente religiosa. Estos dos estilos, Country y Gospel, fueron las influencias básicas de Jerry Lee. Poco a poco, la música se va convirtiendo en su principal afición. Los sábados por la noche se iba con algunos coleguitas a la trasera del cine de Ferriday para escuchar por el morro las canciones de las pelis musicales que allí se proyectaban. Su ídolo era el country-man Gene Autry, que protagonizaba multitud de películas por aquella época. De todos modos, tampoco es fácil reconstruir la infancia del Killer porque, entre su gran imaginación y la priba que se mete, se inventa cantidad de rollos que luego coloca a los periodistas incautos. Es por esto por lo que sus biografías están llenas de trolas gordísimas.

Según cuenta la leyenda, Jerry Lee tocó su primera melodía al piano cuando tenía ocho años y sin aprendizaje previo. Un día que la familia del cantante había ido a visitar a una tía, el crío se subió al banco del piano y, tras teclear unos minutos al azar, acabó tocando la melodía de Silent night. Los Lewis se quedaron con la boca abierta e hipotecaron la casa familiar para comprarle un piano vertical, un Stax, que todavía conserva.

A partir de los 12-13 tacos, Jerry empieza a frecuentar los locales de los negros de Ferriday en busca de un buen pianista (en aquella época no había prácticamente ningún grupo Country con piano), acompañado de su primo Mickey Gilley (actualmente uno de los hombres que manejan la industria Country de Nashville, compositor, cantante y hombre de negocios, dueño del Gilley’s, uno de los clubes Country más célebres de EE.UU.) y de su colega Jimmy Lee Swaggart (hoy en día uno de los predicadores más conocidos del país). Se hicieron asiduos de un club llamado Haney’s Big House, regentado por su tío Lee Calhoun, donde verían tocar a algunos de los grandes del Blues de los ‘40-’50. Por aquel entonces, Jerry Lee estudiaba piano con un profesor y estaba obstinado en interpretar a los clásicos a ritmo de Boogie-Woogie. A los 13 ya tenía el dominio del piano que sigue poseyendo ahora.

Lewis realiza su primera actuación pública el 29 de septiembre de 1949 (curiosamente, el día de su cumpleaños). El promotor, Lloyd Paul, concesionario de la Ford en Ferriday, había montado un espectáculo para promocionar los nuevos modelos de la marca, durante el que Jerry, acompañado por una banda local de Country, iba a interpretar un Blues famoso aquellos días: Drinkin’ wine, spoo-dee-o-dee. Al acabar el tema se pasó el sombrero para el artista, recogiendo 14 dólares. Se dice que Lewis, al ver tanta pasta, decidió dedicarse a la música. A partir de entonces, él y su viejo montan cada fin de semana el piano en la parte trasera de la furgoneta familiar y se van a dar un bolo a algún pueblo cercano. A los 15 años ya toca regularmente en una serie de locales como el Blue Cat de Natchez (Mississippi) y tiene un show radiofónico de 20 minutos en la emisora WNAT. Hizo poco dinero con esas actuaciones hasta que consiguió su primer trabajo fijo en el Hilltop Club, también en Natchez. El 21 de febrero de 1952 contrae el primero de sus múltiples matrimonios, con Dorothy Barton, de 17 años. La historia cuenta que los hermanos de Dorothy obligaron al joven Lewis a casarse con ella. Una boda con novios tan jóvenes no era algo demasiado raro en aquella época y aquel lugar, pero de todos modos fue un fracaso y a los pocos meses Jerry ya estaba picoteando en otras flores. Lewis también seguía estudiando y, tras graduarse en el instituto, su madre, preocupada por él, le matricula en un centro religioso: el Waxahachie Bible College, dedicando parte de su tiempo a Dios mientras que otra parte, la nocturna, se la dedicaba a la juerga. Casi inmediatamente expulsan a Lewis del colegio, pero no por sus juergotes, sino porque al director no le moló que durante un servicio religioso el futuro Killer tocara en el órgano My God is real a ritmo de Boogie-Woogie.

Jerry siguió poniendo los cuernos a su joven esposa hasta que dejó embarazada a una tal Jane Mitcham, que fue con la historia a su padre y Lewis tuvo que casarse a punta de pistola, lo que le convertía en bígamo, pero parece ser que su primer matrimonio no fue del todo legal y eso le salvó de la trena. El 2 de noviembrede 1954 nace Jerry Lee Lewis Jr. De vuelta a la vida normal después de la expulsión del colegio religioso, Jerry Lee necesitaba ganarse el pan. Vende máquinas de coser y vacunas para el ganado durante una época hasta que consigue trabajo como batería en la banda del pianista Paul Whitehead, que actuaba en el Wagon Wheel, en Natchez, cómo no. Lewis intentó también dar a conocer su propia música, pero con repetidos fracasos. Fue rechazado en una audición en Shevreport para una gira regional de músicos Country, aunque aprovecha el viaje para grabar su primer disco: una demo con los temas I don´t hurt no more e If I ever needed you. Lo mueve por donde puede y, tras un cierto éxito en la Feria del Estado de Louisiana, decide ir a Memphis.

Estamos en 1956. Jerry Lee se presenta en la Sun Records, pero Phillips no está (se ha tomado sus primeras vacaciones en mucho tiempo, tras el follón del lanzamiento de Elvis Presley y Carl Perkins). Jerry, que ha venido con su padre en la furgona, ha tenido que vender dos docenas de huevos para pagar la gasolina y no se resigna a que todo haya sido para nada. Tras mucho dar la brasa, consigue que Marion Keisker, la ya famosa gracias a estos artículos secretaria de la Sun, le arregle una audición con Jack Clement, mano derecha de Sam Phillips. Jerry le suelta que puede tocar el piano como Chet Atkins, ante lo que Jack se queda  cuajado, puesto que Chet es guitarrista. Lo comprende a la perfección cuando le oye tocar, pero le sugiere que deje el Country y aprenda algo de Rock & Roll, que es lo que la Sun quiere en ese momento. Jerry Lee responde tocando un tema que acaba de componer, The end of the road, así como alguna pieza Country que ha modernizado. Clement lo graba todo y se lo pone a Phillips nada más volver éste. El baranda de la Sun, al oír Crazy arms, pide a Jack que llame a Jerry Lee. “Era como si alguien me hubiera leído el pensamiento –diría después Sam-. Precisamente, en aquellos días, quería encontrar algún pianista que fuese capaz de desplazar un poco el papel de protagonismo que tenía la guitarra en el Rock”. Pero ni Clement ni Phillips se acuerdan después de telefonear a Jerry y tiene que ser éste, cansado de esperar, el que se presente cabreado en la Sun. Inmediatamente, Lewis es presentado a Phillips y éste le mete enseguida en el estudio.

El 1 de diciembre de 1956 aparece el primer single de Jerry Lee Lewis. En pocas semanas se coloca en los últimos lugares de las listas Country, pero si el tema principal, Crazy arms, es ensalzado por la crítica, la cara B, un Rock & Roll compuesto por Lewis, es ignorada. Al ver el éxito relativo del disco, el olfato de Phillips le dice que tiene algo y encarga a Clement que se dedique en exclusiva a hacer de Jerry Lee la nueva estrella de la Sun. Phillips y Clement deciden que lo que necesita Lewis para dar el bombazo es una buena canción. Mientras buscan este tema, le ponen a currar de pianista de sesión para otros intérpretes de la discográfica. Entre las canciones en las que participa están Matchbox y Pink pedal pushers de Carl Perkins, Miss Froggie de Warren Smith o Red hot de Billy Lee Riley. Tras su primera gira como miembro de la escudería de la Sun, junto a Billy Lee Riley y sus Little Green Men, en abril de 1957, aparece su segundo single, con It’ll be me, compuesta por Jack Clement, en la cara A, y Whole lotta shakin' goin' on, en la cara B, que pronto alcanzaría un gran éxito (se venderían más de un millón de copias). Sobre esto habían discutido Lewis y Phillips porque el cantante siempre pensó que Whole lotta... debía ser la cara A. Tras el éxito de esta canción en los estados del Sur, Phillips valora más aún el talento de Jerry y decide promocionarlo a escala nacional. Jerry y Judd, el hermano de Sam, se trasladan a Nueva York para tratar de aparecer en el show de Steve Allen, único capaz de competir con Ed Sullivan. Jerry sólo necesita tocar dos canciones para que le admitan en el show. Al día siguiente todo EE.UU. habla de Jerry lee Lewis, una nueva estrella del Rock de 22 tacos que canta como un poseso y que incluso le ha pegado una patada al banco del piano a mitad de canción. Sam, viendo este éxito, decide que todos los esfuerzos de la Sun irán encaminados a hacer de Jerry el número uno del Rockabilly. Mientras Sam busca una nueva canción para repetir el pepinazo, un músico de Nueva York, Otis Blackwell (compositor de temas de Elvis como Don’t be cruel o I’m all shook up) ha quedado muy impresionado con la actuación televisiva del Killer y tiene una canción para él. Se trata de un tema compuesto por otro músico llamado Jack Hammer. Entre Blackwell y Hammer adaptan la canción al estilo de Lewis y la mandan a la Sun. Antes de que Jerry Lee acabara de escucharla, ya estaba decidido a grabarla. El 3 de diciembre ya está en las tiendas y, a las pocas semanas, Great balls of fire (así se llama el tema) está entre las 10 primeras canciones de las listas y Jerry es contratado para actuar en la peli Jamboree, con Jimmy Van Eaton a la batería y su primo J. W. Brown al bajo.

Es en esta época cuando consigue su apodo de The Killer (el asesino). No se sabe exactamente de dónde viene. Jerry dice que una noche, durante un concierto, alguien del público le gritó: “Kill the Rock and Roll!” (“¡Asesina al Rock and Roll!”) y que desde ese momento se convirtió en el Killer. En 1957, Lewis ya es cabeza de cartel en las giras y la prensa le señala como un serio competidor de Elvis por el trono del Rock’n’Roll. Jerry Lee Lewis es la hostia: toca el piano de una manera alucinante, y lo hace con las manos, con los pies, con el culo y subido encima de él. La anécdota más conocida del Killer, que demuestra a la perfección su temperamento, ocurrió en una ocasión en la que tuvo que tocar de telonero de Chuck Berry en un show organizado por Alan Freed. A Jerry Lee no le hacía gracia ser telonero de nadie, por lo que, mientras despedía su actuación con el Whole lotta shakin’..., roció el piano con gasofa, le prendió fuego y dijo: “Me gustaría ver qué hijo de puta supera esto”. Cada una de sus actuaciones era única, derrochando fuerza y espontaneidad.

Durante las giras, Jerry iba acompañado por su familia, dada la duración de éstas.Pronto los otros músicos de su banda hacen lo mismo. Esto va a provocar la atracción mutua entre Jerry Lee y Myra, la hija de su primo y bajista J.W.Brown. Jerry acaba divorciándose de su segunda esposa y casándose con Myra en diciembre, pero se decide mantenerlo en secreto por cuestión de imagen.

El siguiente disco de éxito es Breathless, compuesto por Otis Blackwell. Al mismo tiempo, Jerry rueda su segunda película: High school confidential (título también de otro de sus éxitos), con la macicísima Mamie Van Doren. En mayo de 1958 se va de gira a Inglaterra, gira que no empieza bien porque aunque sus canciones molan a la juventud inglesa, allí los músicos no acostumbraban a llevar de gira a sus familias, por lo que la prensa musical del país se burla de él y habla de “el circo de Jerry Lee Lewis”. Y llega el mazazo: algún periodista descubrió el matrimonio oculto y tildó a Jerry de obseso sexual. La carca sociedad inglesa no encontraba ninguna justificación a que un tío de 23 años se casase con su prima de 13. Encima, Jerry, intentando explicarlo, la caga más. He aquí la explicación que dio: “Myra es mi esposa. Estamos legalmente casados. Yo mismo me casé por primera vez a los catorce años. Entonces, cuando estaba casado, conocí a June. Un día, June me dijo que iba a tener un hijo, y como sus padres y sus hermanos me amenazaron con matarme si no me casaba con ella, tuve que hacerlo. Por eso era mi anterior matrimonio el que no estaba en regla, ya que yo ya estaba casado. Era bígamo. Pero ahora me he divorciado de mis dos anteriores esposas, ya estoy casado con Myra. Todo es legal. Ella es mi esposa.” Evidentemente, con estas palabras la acaba de liar del todo. Pero la cosa sigue: Jerry, en plan no-tengo-nada-de-que-arrepentirme, saca a su esposa a escena al final de los conciertos y también manda unas fotos a la prensa en las que aparece comiendo guisantes que Myra le introduce en la boca con una cuchara. Tras sólo tres actuaciones y ante el boicot del público inglés, la gira es cancelada y Jerry Lee y compañía vuelven a casa.

Cuando la noticia llega a EE.UU., jode la carrera de Jerry Lee Lewis. Sus discos dejan de sonar en la radio y ningún promotor le contrata. Jerry Lee Lewis, sencillamente, no existe. Nuestro protagonista, en su línea, en vez de intentar enterrar el asunto, planta cara. Su siguiente single es The return of Jerry Lee, donde, a través de una supuesta entrevista con respuestas extraídas de sus canciones, se ríe de los británicos, incluyendo a la Reina. También se dedica a aparecer ante la prensa botella de whisky en ristre y pegándose vaciles entre carcajada y carcajada. En un año, Jerry ya está tocando en garitos de tercera, y aunque seguía grabando para la Sun, sus discos ya no sonaban. Para colmo, la mala racha sigue: se vuelve a divorciar, el hijo que había tenido con Myra muere ahogado en la piscina de su casa y Hacienda le embarga un coche y algunas joyas por evasión de impuestos.

Pero Jerry Lee Lewis es Jerry Lee Lewis, y en los sesenta, olvidado el pifostio de su matrimonio, vuelve a tener éxito y realiza varias giras por el Reino Unido. Con el tiempo, va inclinándose por el Country, pero sin dejar nunca de lado el Rock & Roll. Entre 1968 y 1973 consigue más de una docena de éxitos con Mercury/Smash como Another time, another place (Smash, 1968), What´s made Milwaukee famous (Smash, 1968) o una nueva versión de Drinkin´ wine spoo-dee-o-dee (Mercury, 1973). Por esta época también se reeditaron con éxito varios singles grabados en la Sun, como Invitation to your party (Sun, 1969) o Waiting for a train (Sun, 1970), temas que en su día no alcanzaron las listas. Pero, excepto las grabaciones que hizo en Londres en 1973 con más de una docena de jóvenes músicos de Rock como Peter Frampton, Rory Gallagher, Albert Lee o Gary Wright, los discos de esta época no han recibido demasiada atención fuera de los ambientes Country y Rockers. En 1977, ficha por Elektra, donde graba una serie de LP’s cojonudos acompañado por el legendario guitarrista James Burton. Sigue haciendo giras por EE.UU., Francia e Inglaterra (donde es aclamado con mayor entusiasmo que en su país) como una superestrella más, machacando el piano, riéndose del público y armando el taco.

Pero mientras todo esto ocurría, su vida privada seguía llena de borracheras, broncas, juicios, divorcios y tragedias. En 1973 muere en un accidente de coche su hijo Jerry Lee Jr. Su mujer Jaren Pate le pide el divorcio en diciembre de ese mismo año. Después de tantos años de juerga y priba, en 1981 ingresa en un hospital con una úlcera sangrante. Todo el mundo piensa que la va a diñar, pero mala hierba nunca muere. En 1983 se casa con Shawn Michelle Stevens, que muere dos meses después de sobredosis. En 1984 se casa por sexta vez en Memphis con una tal Kerrie McCarver, de 22 años (joder con el abuelo).

En 1986 pasa de Elektra a MCA, donde permanece durante cuatro años. Ese mismo año, Jerry Lee, Carl Perkins, Johnny Cash y Roy Orbison graban un álbum juntos en los estudios de la Sun. También hacen un vídeo musical. En 1989 se filma la famosa película sobre su vida protagonizada por Dennis Quaid y titulada Great balls of fire.

Hoy en día, Jerry Lee Lewis, su mujer y su hijo viven en el rancho Lewis, en Nesbit (Mississippi). El asesino ha seguido tocando y grabando hasta la actualidad, acompañado por The Killer Band, compuesta por Kenny Lovelace (guitarra), James Burton (guitarra), B.B. Cunningham (bajo eléctrico) y Robert Hall (batería). A veces se les unen su esposa Kerry, su hijo Jerry Lee Lewis III (“Lee”) y su suegro Bob McCarver. Según las últimas noticias que han llegado a mis oídos, The Killer anda últimamente de hospitales y cancelando conciertos. El último que dio fue en La Casa del Blues, en Orlando (Florida), el 20 de mayo de este año. Ya en mis tiempos de Rocker adolescente era una tomadura de pelo muy común contarle a los colegas que habías oído que Jerry Lee Lewis la había palmado en un juergote, o en un accidente de coche con un par de putas al lado o algo por el estilo. Siempre era mentira. El Asesino de Louisiana nunca morirá. Él no.

Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.