Casi nada. The Catman (El Hombre Gato); el gato salvaje de Norfolk. Gene Vincent fue, junto a Eddie Cochran, uno de los rockeros más macarras del universo del Rock & Roll. Las niñas se derretían por el guaperas de Elvis, pero los Rockers idolatraban a Vincent y a Cochran. GeneVincent fue pionero en usar el cuero negro como elemento distintivo de su imagen, lo que también le valió el apodo de Príncipe Negro. Otros, por su parte, se referían a él como un Hamlet de cuero negro, por su imagen de atormentado, algo que estaba muy de moda en el cine de aquella época con tipos como James Dean o Marlon Brando. Y tenía motivos para atormentarse, porque lo cierto es que a Gene Vincent la vida le fue dando una hostia tras otra hasta el final.
Pero para llegar al final hay que empezar por el principio: Eugene Vincent Craddock nace el 11 de febrero de 1935 en Norfolk (Virginia), en el seno de una familia pobre. Su primer contacto con la música lo efectúa a través del Gospel, aunque pronto aumenta su interés por los sonidos negros cuando descubre el Blues, según una amigo suyo, a los 12 años. El joven Gene iba paseando por Norfolk cuando vio a un cantante callejero aporreando un bidón y cantando algo así como lula lula lula (muchos estudiosos del Rock han creído ver aquí el origen de Be-bop-a-lula, su canción más conocida).
Nuestro protagonista se enrola voluntario en la marina a los 17 años, en busca de emociones y de ver mundo, y surca durante cuatro años todos los mares del planeta. Compra su primera guitarra en Nápoles, con la que se entretiene en sus ratos libres. Pronto da pequeños conciertos a sus compañeros, tocando temas Country y Blues. En 1955 es destinado a la base de Norfolk como mensajero en moto. Un día, es embestido por una mujer al volante de un Chrysler, causándole una rotura de fémur en la pierna izquierda que le manda al hospital. En los largos meses de convalecencia mata el rato practicando con la guitarra. A finales de año es licenciado y obtiene una pensión vitalicia. Este dato es importante porque Gene, al tener la vida resuelta en lo económico, se decide a intentar abrirse camino en la música.
Nuestro héroe acude a los estudios de la emisora radiofónica local WCMS, donde le conceden un show y una banda de acompañamiento, aunque sus miembros, gente de Country, no pillan la historia al toque Blues de Gene. Por esta época, el Gato Salvaje conoce a un grupo de Norfolk llamado The Virginians, con los que hará la transición del Country al Rockabilly. La banda se rebautiza como Gene Vincent and The Blue Caps, eligiendo este nombre porque siempre salen a actuar con gorras de visera azules. La banda está compuesta, en esta primera formación, por Cliff Gallup (guitarra), Jack Neal (bajo) y Dickie Harrell (batería).
En marzo de 1956, tras el exitazo de Heartbreak hotel, de Elvis, llega a Norfolk un paquete de artistas de la Sun Records encabezado por Carl Perkins. Durante el concierto, el Sheriff Tex Davis, disc-jockey local amiguete de Gene, pide a Perkins que deje tocar un par de temas al chaval. Vincent canta Be-bop-a-lula, con la que recibe una cerrada ovación del público. Carl Perkins no se impresionó demasiado, pensando que tal reacción del respetable se debía a que Gene jugaba en casa. El que sí quedó impresionado fue el Sheriff Tex, que ya, totalmente convencido de la valía de Vincent, contactó con Ken Nelson, uno de los directores artísticos de la Capitol. El momento es cojonudo: Capitol, envidiosa del triunfo de RCA con Elvis, quiere algo parecido. Gene graba varios temas con sus Blue Caps y Davis manda la maqueta a Nelson. En la Capitol gusta y ya se frotan las manos pensando que tienen a un nuevo Elvis. Para asegurar el éxito, la discográfica contrata a varios músicos profesionales: Harold Bradley, Bob Moore y Buddy Harman. Por otra parte, Gene y sus Blue Caps, que no tenían ni idea de las intenciones de la discográfica de sustituirles, cogen un avión para Nashville. Cuando llegan y se enteran de la movida, Gene es terminante: o graba con su banda o va a grabar Rita la cantaora. Como Rita la cantaora no toca Rockabilly, el productor cede y, entre los días 4 y 5 de mayo, graban Be-bop-a-lula, Race with the devil, I sure miss you y Woman love, en las que destacan la sugerente y a la vez salvaje voz de Vincent y la afilada guitarra de Cliff Gallup, dando rienda suelta a unos punteos de los de poner la piel de gallina.
El 2 de junio aparece el primer single del grupo, con Woman love en la cara A y Be-bop-a-lula en la B, pese a que Gene había insistido en que se invirtiese el orden. Las primeras semanas nadie se fija en el disco, hasta que a un disc-jockey se le ocurre pinchar la cara B. La respuesta no se hace esperar: la canción corre de emisora en emisora y el 10 de julio entra en el Top 20. Vincent se acaba de convertir en una estrella de las que cobran 1.500 pavos por actuación. Inmediatamente pide a los Blue Caps que dejen sus trabajos y se conviertan en una banda profesional. Empiezan a recorrer el país haciendo bolos y apareciendo en la tele y, paralelamente, comienza a forjarse la leyenda de rebeldía que acompañará al grupo para siempre. En uno de los shows, las fans asaltan el escenario tratando de desnudar a la banda, que pasa la noche en los calabozos de la comisaría, custodiados por la poli. El suceso salió, obviamente, en todos los periódicos y, desde ese día, artistas carcas como Pat Boone o Andy Williams se niegan a actuar después de Gene Vincent.
En agosto, durante una gira de Gene con Johnny Burnette y Lillian Briggs, la Capitol decide sacar un LP. Vincent no tiene casi tiempo para escribir nuevos temas entre concierto y concierto, por lo que el disco ha de ser completado con versiones de temas clásicos como Ain´t she sweet, aunque también se incluye una canción que Ken Nelson había encargado al compositor de Nashville Jerry Reed, titulada Crazy legs. Cuando el disco sale al mercado es duramente criticado por muchos periodistas musicales a los que escandalizaba Vincent, pero estos capullos no consiguen evitar que el plástico se venda dabuti. Tan dabuti que los Blue Caps son contratados para aparecer,junto a Little Richard, Fats Domino y Eddie Cochran (del que se hace muy coleguita) en la peli The girl can´t help it.
Pronto empiezan a pirarse del grupo algunos Blue Caps: Cliff Gallup y el recién incorporado W.W. Williams son sustituidos por Paul Peek y Russell Wilaford, aunque, antes de esto, Cliff aún participa en un nuevo LP, que consagra definitivamente al grupo entre los grandes. Tras el LP siguen las giras, que agotan a la banda hasta el punto de que a Gene le vuelve a molestar su vieja herida y tiene que ingresar en un hospital en enero de 1957. Los matasanos le advierten de que, si no deja de actuar, su pierna va a sentirlo. Evidentemente, Gene no les hará ni puto caso. Mientras el Príncipe Negro está en el hospital, los Blue Caps perfeccionan su puesta en escena algo tiesos de viruta, ya que las actuaciones en directo son la principal fuente de ingresos de un grupo. Gallup y Williams se van definitivamente y entran otros dos estupendos músicos: el bajista Bobby Lee Jones y el guitarrista Johnny Meeks. El sonido de la banda, que hasta la fecha era una mezcla de instrumentos eléctricos y acústicos, se electrifica por completo. Finalmente, se incorpora a los Clapper Boys, dúo formado por Tommy Facenda y Paul Peek, que se encargarán de los coros.
En mayo vuelven las giras, pero ahora a lo grande, con un coche particular, un road manager y un vestuario cantoso que te cagas. Gene sigue con un dolor terrible en la pierna y, al mes siguiente, vuelve al hospital para que le coloquen una placa. Tras el alta, nueva grabación, ya que llevan 8 meses sin pisar el estudio. Graban algunos temas para el tercer LP, como Lotta lovin´, Wear my ring o I got it. En septiembre sacan un single con los dos primeros, que llega al número 12. En verano se van de gira con Jerry Lee Lewis, Little Richard y Eddie Cochran, y en septiembre viajan a Australia con Lewis y Cochran. De vuelta a EE.UU. la cosa sigue viento en popa y a toda vela, con giras apoteósicas y aparición en el show de Ed Sullivan para promocionar un nuevo single: Dance to the bop, éxito también. Hay un nuevo cambio en la banda: Peek, que además de los coros tocaba la guitarra rítmica, pasa al piano, sustituyéndole a las seis cuerdas Max Lipscomb, de 17 años.
A principios de diciembre van a Hollywood para una nueva sesión de grabación. Una vez allí, Vincent regala a todos los miembros del grupo los últimos modelos de sus instrumentos fabricados por Fender y, con ellos, graban 14 nuevos temas. Se hace una selección con ellos (en la que se encuentran Baby blue, I got a baby y Brand new beat) y se edita un nuevo LP: Gene Vincent rocks and The Blue Caps roll, acompañado por unos cuantos singles.
Más cambios: Lipscomb deja el grupo para terminar sus estudios y Peek y Facenda deciden intentarlo en solitario. Harrell deja la música por el matrimonio, sustituyéndole un batería mexicano quinceañero: Juvey Gómez. Pero el fichaje estrella del equipo es el pianista Clifton Simmons, un músico profesional de la hostia que es capaz de tocar lo que le echen y con experiencia como arreglista y compositor, que escribirá para el grupo, por ejemplo, la preciosa The night is so lonely. Al mismo tiempo, los Blue Caps son contratados para intervenir en la peli Hot Rod Gang y Gene tiene que llamar a Peek y a Facenda, que acuden prestos al rescate. Nada más terminar el rodaje empiezan las sesiones de grabación del cuarto LP: A Gene Vincent record date, con la colaboración especial de Eddie Cochran, que hace coros en varios temas. Sigue un nuevo single, Baby blue, que no tiene resonancia. La crítica musical, que se la tiene jurada a Gene, al que tilda de antisocial y de peligroso, está dispuesta a hundirle y boicotea todos sus temas. Durante los meses siguientes, los últimos Blue Caps originales dejan la banda y Vincent reorganiza lo que queda, aunque ya nunca volverá a ser una formación fija (por ejemplo, uno de los músicos que entraban y salían era D.J. Fontana, el batería de Elvis). Tras una gira chunga por Canadá a principios de octubre de 1958, se vuelven a reunir para grabar 21 temas, entre los que sobresalen el chuckberryano Maybellene y Over the rainbow, siendo la última vez que Vincent y los Blue Caps graban juntos. Los músicos, que sacaban poco de las ventas de discos en comparación con el cantante, dependiendo económicamente de los conciertos, estaban sin un duro tras unos meses sin tocar apenas, mientras que la pierna de Vincent no le dejaba hacer muchos bolos. A esto hay que sumar el boicot del mundo del espectáculo y el hecho de que la Capitol no era generosa con los disc-jockeys. Los Blue Caps estaban tocados y hundidos. Fin de la partida.
Un día, Gene citó a los músicos para pagarles los pavos que les tocaban por los últimos discos, pero no apareció. Se las había pirado a Alaska con el dinero y una chati (a Gene siempre le tiraron más dos tetas que dos carretas). Le localizaron meses después y le denunciaron. Como consecuencia de esto se le retiró el permiso de trabajo, con lo que ya no podía tocar en EE.UU. y tenía que irse fuera por narices. En 1959 realiza una gira por Japón y el Extremo Oriente y graba un nuevo LP, Crazy times, en el que colabora el batería Sandy Nelson. Nuestro prota se da cuenta de que sólo podrá seguir siendo una estrella en Europa, así que se instala en Inglaterra y realiza giras periódicas por el continente hasta que, en 1960, sufre el accidente en el que muere su colega Eddie Cochran. Gene se hunde totalmente. Cuando intenta volver a la música, el Pop británico ha cambiado el escenario por completo. En los '60 vive de apariciones en directo en Europa, mientras graba material Country en EE.UU. En esta época grabará en multitud de pequeños sellos como Buddah o Kamasutra. Va perdiendo encanto, engordando y alcoholizándose gradualmente. Se convierte también en un habitual de las crónicas de tribunales por problemas legales y disputas económicas con sus ex-esposas. En 1968, aprovechando el auge del revival rocanrolero, intenta volver a triunfar en EE.UU., pero fracasa. Ya en esta época, el alcohol le ha hecho irritable e introvertido. Muere sólo, triste y olvidado el 12 de octubre de 1971 en Los Angeles, a los 36 años, a causa de una úlcera de estómago. La mala suerte le persigue hasta después de muerto: siempre quiso ser arrojado al mar, pero las leyes norteamericanas exigen en esos casos que el cadáver sea previamente incinerado, cosa que repugnaba a Vincent, por lo que no se pudo cumplir su última voluntad.
Y aquí acaba la historia del más macarra entre los macarras. Pero sólo la historia; su música perdurará para siempre. Gene Vincent, I sure miss you.
Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.
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