Hace unos meses os hablaba de Elvis, el Rey. Ahora es el momento de hablaros de la Reinona del Rock & Roll: Little Richard. Se trata posiblemente de la personalidad más compleja del universo del Rock: ególatra, religioso-folclórico, homosexual, exhibicionista (no lo entendáis por el lado guarro; que yo sepa no va por ahí enseñando el nabo), histérico... Asegura que si él no consiguió el éxito de Elvis fue por el color de su piel (sabéis que Little Richard es negro, ¿no?) y por su plumazo, pero que él es el verdadero Rey del Rock and Roll y que todos los demás le han copiado. Aunque se pasa un taco, sí es cierto que Ricardito ha tenido una enorme influencia tanto en sus contemporáneos como en lo que vino después (desde los Beatles hasta Prince, pasando por la Creedence). Veamos su historia.
Richard Wayne Penniman nace en Macon (Georgia) el 5 de diciembre de 1935. Su ambiente familiar va a ser decisivo en el desarrollo de su personalidad extravagante y superlativa. Es el tercero de doce hijos de una familia de profundas creencias religiosas, lo que no es impedimento para que su padre sea un destilador ilegal de whisky. Además tiene dos tíos predicadores y un abuelo músico.
El joven Ricardo canta Gospel en el coro de la iglesia y aprende a tocar el piano. En su casa se escuchaba lo políticamente correcto de la época: crooners, espirituales y demás músicas socialmente aceptadas, pero Richard pronto empieza a necesitar algo más fuerte, hasta que, en sus palabras, “descubrí que estaba en mí mismo”. Recorre los pueblos del Sur tocando el piano para un charlatán al que llamaban Dr. Hudson, de estos que venden botellas de “cúralotodo”. Richard tiene trece años y, cuando vuelve a casa, su padre, escandalizado por esta fuga y por las tendencias homosexuales del chaval, le pone de patitas en la calle.
Fuera del nido, todas sus tendencias se desarrollan con mayor rapidez. Afortunadamente para él, es adoptado por un matrimonio blanco, Ann y Johnny Johnson, que le permiten desarrollar sus aptitudes artísticas en el Tick Tock, el club que regentan. En 1951 gana un concurso local que le permite debutar en la RCA, para la que graba dos singles de una clara influencia Rhythm & Blues. Estas grabaciones no obtienen demasiado éxito y en 1954 pasa al sello Peacock, para el que registra algunos temas, igualmente sin resultados.
Es en esta época cuando siente que necesita acelerar su visión del Rhythm & Blues, de exagerar y confundir su estética, de ir más allá. Además, Richard se da perfecta cuenta de que tal y como va su carrera no avanza. Estamos en 1955. Aconsejado por un amigo, Little Richard envía una cinta al sello Specialty, de Los Angeles, al tiempo que para subsistir se ve obligado a trabajar lavando platos en la estación de autobuses de Macon. Meses más tarde, cuando ya no lo esperaba, llega la respuesta de Specialty y un billete de avión a New Orleans, una de las ciudades importantes en la música sureña y teatro de operaciones de varias discográficas. Las primeras sesiones de grabación no resultan a causa de los nervios y de tocar con músicos que no conoce. Durante un descanso, Richard se sienta al piano y toca casi sin darse cuenta una de las melodías que había compuesto mientras fregaba platos. Bumps Blackwell, el productor al que Specialty había confiado a Ricardito, pega un respingo. Esa es la canción. El problema es que la letra es demasiado fuerte. Llaman a una señorita y piden a Little Richard que vuelva a tocar la canción en su presencia. En menos de una hora Dorothy La Bostrie escribe un nuevo texto y se graba inmediatamente la canción: ha nacido Tutti frutti. Sintetiza el nuevo estilo: voz estridente y desatada, interpretación enérgica, uso de onomatopeyas... El resultado es explosivo: las emisoras negras y las blancas no paran de radiarlo. En muy pocos días vende 200.000 copias y permanece en las listas hasta la primavera de 1956.
Richard regresa triunfante a las listas en 1956 y 1957 con Long tall Sally, Keep a Knockin´, Rip it up y Good golly Miss Molly. Al mismo tiempo comienza a hacer giras (lógico: hay que promocionar al nuevo astro y la verdad del Rock & Roll está en el directo). Little Richard da la vuelta al mundo, convirtiendo cada concierto en un espectáculo. A finales de 1957, Little Richard se dirige a Australia. Uno de los motores del avión se incendia. El cantante cree ver en ello una señal de Dios, que le quiere castigar por difundir el pecaminoso Rock & Roll y promete dejar el mundo del espectáculo si el fuego se apaga. Cuando llega al aeropuerto olvida su promesa y lleva a cabo la gira tal y como estaba previsto. A la vuelta, se incendia de nuevo uno de los motores del avión. Esta vez, histérica perdida, Little Richard decide que es Dios de nuevo, que le va a castigar por faltar a su promesa, y vuelve a prometer, a cambio de su vida, no sólo abandonar la música sino dedicarse a la religión. De nuevo se apaga el fuego y, al llegar a EE.UU., Richard cumple su promesa y se pone a estudiar teología para hacerse curata.
A pesar de todo, durante sus años con sotana sigue grabando para Specialty, pero ahora hace Gospel. En 1959, no puede resistirse a la tentación de volver a lanzar algunos temas de Rock & Roll, editados bajo el seudónimo de The Upsetters. En 1962 vuelve al Rock & Roll con un tour por el Reino Unido. En los '60 grabará nuevas versiones de sus éxitos y, aunque no consigue ningún hit, en 1968 había vendido ya más de 32 millones de discos por todo el mundo. En los '70, su afición por las drogas y sus desenfrenados apetitos sexuales le convirtieron en una caricatura de sí mismo. Su Iglesia le había rechazado por homosexual y la poli le había detenido varias veces por actos deshonestos en lavabos públicos (mucho antes que a George Michael; todo un pionero). La muerte de uno de sus hermanos le lleva a desintoxicarse, al tiempo que se hace vendedor de Biblias (qué pesao). En 1985 vuelve del retiro, y con una biografía bajo el brazo. En 1986 entra en el Rock and Roll Hall of Fame. Aparece en pelis, shows de televisión y sigue tocando. Los premios de reconocimiento se suceden: en 1990 le dan una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. En 1993 recibe el Lifetime Achievement Award de la National Academy of Recording Arts and Sciences. En 1994, la Rhythm & Blues Foundation le otorga el prestigioso Pioneer Award. En 1997 se lleva el Award of Merit de los American Music Awards, en reconocimiento a sus contribuciones y su influencia en la historia de la música.
Little Richard sigue tocando en la actualidad y también sigue igual de excéntrico, ególatra, histérico y excesivo; pero con la diferencia de que ahora, como está consolidado como una respetable estrellona del Rock, todos le ríen sus excentricidades y le lamen el culo. ¡Dales duro, Ricardito!
Roberto Blanco Tomás.
Publicado en la revista electrónica "Cuantoyporquetanto", en 2001.
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